La victoria, otra vez una obligación

El Zaragoza vuelve a La Romareda, donde el cambio de año le ha servido para acabar con una racha calamitosa y empalmar una serie aceptable de un empate y dos victorias. Es todavía pronto para saber si el equipo aragonés ha invertido definitivamente su tendencia en casa, pero los dos últimos triunfos —con dos penaltis desperdiciados y dos consiguientes dosis de padecimiento final— han servido, al menos, para no caer al descenso y provocar el terremoto de rigor de estas cinco temporadas en Segunda División. Ahora llega el Lugo, aspirante al playoff durante todo el curso y que derrotó al Zaragoza en la primera vuelta con un gol en el último minuto del descuento. Entonces, Natxo González no pensaba que su equipo seguiría cinco meses después en el alambre. "El fútbol —dijo tras la derrota en Lugo—nos dará lo que realmente merecemos a final de temporada".

Esa frase ya la ha repetido el técnico vitoriano en más de una ocasión, pero la remontada del Zaragoza no acaba de llegar. Ha mejorado, eso sí, sus números de la primera vuelta del campeonato, pero tiene el descenso a dos puntos y viene de un partido vergonzante en Alcorcón, donde los aficionados mostraron claramente su enfado con los jugadores y el entrenador. Hay, pues, que volver a ganar, para escapar del peligro y para dar satisfacción a una parroquia muy golpeada en su ánimo. El Lugo, quién lo diría, es bastante más rival que el Córdoba o el Tenerife, pero aquí ya no caben comparaciones sino resultados. Por suerte, regresa Guti, que se lesionó cuando estaba siendo el mejor.