Ni con Kepa logra escapar el Athletic de la vulgaridad
Partido de nulo colmillo en las áreas ante Las Palmas
EI Athletic necesitaba un desahogo y Las Palmas no quería ser la víctima propiciatoria, ese equipo al que exponen en el centro del campo para que le desplumen en medio de una carcajada general para firmar la tregua entre una afición de uñas y sus jugadores. El sosiego bilbaíno no se confirmó en la quinta jornada sin ganar. El fútbol sigue a dieta en San Mamés. Ziganda se dejó de arrebatos de entrenador y se refugió en lo clásico: el sistema de siempre, casi todos los futbolistas capitales el año pasado con Valverde (Balenziaga y Muniain están tachados por lesión y San José anda en baja forma) y un espíritu de atizar el avispero a todo ritmo. Pero a la postre, quitando media hora de loables intenciones y el empuje final más por corazón que cabeza, ofrecieron el bodrio habitual. Ni la vuelta de Kepa y De Marcos sacan al grupo del bostezo.
El partido se metió en unas refriegas tremendas de salida, algo que resultó extraño porque no se registran asignaturas pendientes ni entre los protagonistas del juego ni entre las entidades. Hasta el punto de que Aduriz ya andaba en una guerrilla con Chichizola y Navarro diez minutos después de recibir el premio al mejor jugador de enero por su fair play. El árbitro lo atajó con una amarilla para el ariete donostiarra y otra para Ximo. Aritz estuvo toda la velada jugando con fuego, lo mismo que Calleri. Y lo de Raúl García ya no digamos: por un empujón tonto con el juego detenido, vio la amarilla que le aparta de pisar el Wanda Metropolitano por primera vez. Sin los dos veteranos, a visitar al Atlético. Hubo 49 faltas.
La locura se instaló por un momento. Mucho parón y poca miga. Y en ese desmadre, el que salió derrotado fue el fútbol. Se asistió a un clásico de Jémez, un técnico que vive en la exageración: a la media hora quitó a un perplejo Toledo y puso a Tana. Las Palmas no dejaba su puerta a cero como visitante desde el 19 de marzo de 2016 (0-1 en Anoeta). Iba para dos años, pero este Athletic, que nació con ganas de reivindicarse, siempre ayuda.
Aduriz y Raúl Vieron la quinta amarilla y son baja para el Wanda