La suerte aún está en deuda
Hay que celebrar esta victoria, pero también analizarla”. En medio de la felicidad por el triunfo en Pamplona, Natxo González, al que le siguen creciendo los partidarios, dejó esta frase que resume mejor que nada su talante y su espíritu autocrítico aun en los mejores momentos de su equipo. El Zaragoza sufrió de lo lindo en El Sadar y, hay que reconocerlo, se trajo un afortunado triunfo cimenta- do en una actuación colosal de Cristian Álvarez y en la tarde de gatillo de su goleador Borja Iglesias. Pero eso no le resta un ápice de valor. El azar tiene su relevancia en el fútbol, como en todo juego, y se hace preciso recordar ahora toda la suerte que le faltó al Zaragoza en la primera vuelta del campeonato. Y es que hasta seis empates, cinco de ellos en La Romareda, pudieron o merecieron ser victorias.
Los partidos frente al Granada, el Nástic, el Oviedo, la Cultural Leonesa, el Reus o el Barcelona B no se ganaron por pequeños detalles, decisiones arbitrales, o por simple infortunio. Y eso son muchos puntos. El Zaragoza fue mejor que esos seis rivales, pero no pudo ganarles. Así que la fortuna todavía está en deuda con el equipo aragonés. Nadie llega lejos en el deporte si no le acompaña cierta dosis de suerte, y la historia del fútbol está repleta de ejemplos. La suerte no dura siempre, es caprichosa y va y viene, pero ahora que el equipo aragonés la tiene a su favor es cuando hay que contraponerla con los periodos en los que le ha sido esquiva, para darle su verdadero valor. El Zaragoza ha hecho mucho, pero le falta todo. Y las próximas tres jornadas van a acabar de definir sus aspiraciones. Ojalá que con suerte.