Se perdió una batalla, no la guerra

Ahora es cuando realmente tenemos que demostrar si podemos pelear por estar entre los mejores. Ahora es cuando debemos demostrar qué tipo de equipo somos. Ahora es el momento de la verdad”. El Real Zaragoza se cayó del caballo en el momento más inesperado, frente a un colista que se presentó en La Romareda con un balance de diez derrotas consecutivas, pero como dejo dicho Natxo González tras el petardazo frente al Sevilla Atlético va ser en las dos próximas jornadas, ante la Cultural Leonesa y el Huesca, cuando el equipo aragonés va a tener que dar la verdadera medida de sus posibilidades. El Zaragoza empalmó una racha fantástica de seis triunfos seguidos, pero estaba claro que no iba a ganar todos los partidos y que en algún momento se acabaría la serie. Fue contra todo pronóstico frente al último clasificado, pero por mucho que haya dolido este varapalo nada está perdido todavía.

Quedan diez jornadas, las diez jornadas más decisivas del campeonato, y si el equipo es capaz de levantarse de inmediato podrá mantener sus aspiraciones hasta el final. Ahora, como dice Natxo González, se verá de qué pasta está hecha este equipo y si de verdad le alcanza para mantener el pulso con los mejores. Es en este momento de la temporada, después de una gran decepción, cuando el Zaragoza se enfrenta al examen más exigente, al termómetro más real. Y no es hora de hacer tremendismo o catastrofismo barato. De pasar otra vez del blanco al negro. Se ha perdido un partido importante, un partido que todo el mundo daba por ganado, pero no la guerra.