“Aportar todos nuestro granito”. De momento, ha recaudado 1.600¤
enfermedad durísima y éste es mi granito de arena, ojalá sume”. La voz se le pone triste, un poco, sin embargo, cuando se le pregunta por la recaudación hasta ahora, a dos semanas del reto. “Poca. 1.600 euros. Ojalá en estos 15 días que quedan se incremente”. Porque su verdadera meta se llama 10.000 euros y todavía está lejos, muy lejos. “Yo corro por ellos, para alcanzarlos. Por tratar de encontrar un cura. Sumar apoyos, dinero para la investigación”. Y saber cómo combatir, frenarla, eliminarla. Las donaciones pueden hacerse a través de dos lugares: el de Triatlón Atlético y en la web migranitodearena.org.
Lo del triatlón, a José Carlos le vino por un amigo, “ven, prueba esto”, le dijo, principio de todo, un duatlón; lo del Atleti, por la mano del padre. “Desde muy pequeño sí, de siempre”. Socio desde los 17 años (1994) hasta 2016. “Y lo dejé porque, con los niños, nunca podía ir”. La que sigue abonada es su hija. Lo lleva en la sangre. Si ella conoce al Simeone entrenador, José Carlos lo recuerda sobre todo como jugador. “Le ha dado carácter al equipo”.
Ese mismo carácter que el atará a sus zapatillas el 15 de abril en el Polideportivo de Navalcarbón, Las Rozas (Madrid). Once horas y 50 minutos tardó Ricardo Abad en completar su IronMan, pero esa no es la meta de José Carlos. Es ese 10.000 que es más que dinero. Una meta que es sumar contra la ELA. “Y ojalá la mía la haya cruzado ya cuando me lance a la piscina”. Ojalá, ojalá.
La meta real