Ferrari tiene deberes para el GP de Mónaco
Vettel, que se quedó dos días más en Barcelona para participar en el test, pide al equipo “identificar los problemas”. El más importante: sufrieron con los neumáticos nuevos que llevó Pirelli a Montmeló
En España todo le salió mal a Ferrari. Problemas de fiabilidad con Raikkonen, errores de estrategia que dejaron a Vettel sin podio, un ritmo de carrera insuficiente y retrovisores ilegales que la FIA obligó a cambiar.
Todo eso, sumado al dominio de Mercedes, ha enfriado los ánimos en Maranello tras un inicio de temporada notable sobre el que también hay sombras: ya miraron con lupa su volante por una tercera leva y una parte del paddock sospecha que su motor quema aceite muy al límite de la norma, dándoles un extra en clasificación. Ferrari se ha defendido (“La FIA controla los datos”, dice Binotto) y no quieren que su buen arranque haya sido un espejismo.
Por eso Vettel insta al equipo a “identificar los problemas” y da ejemplo quedándose dos días más en
Barcelona. Se subió ayer al
SF71H para completar 135 vueltas en el test con buenos registros utilizando la goma blanda. “Aprendimos, ahora tenemos un coche más fuerte”, dijo. Precisamente en los neumáticos puede estar el problema y también la solución: Pirelli llevó a
Montmeló un compuesto menos grueso que se utilizará también en Silverstone y Paul Ricard y al que Ferrari no ha sabido adaptarse, contrastando con su tradicional buen entendimiento con el fabricante italiano. En Mónaco se vuelve al compuesto habitual, donde hubo doblete rosso en 2017. Al menos Kimi no tendrá que cambiar de motor, sólo tuvo un fallo eléctrico. Quizás allí la Scuderia enseñe su otra cara...
Prohibidos La FIA les obliga a cambiar sus retrovisores en el Principado