AS (Aragon)

Bruno Hortelano “Voy a superar lo que era Bruno Hortelano en 2016”

- JUANMA BELLÓN TENERIFE

Feliz “La vida me ha abierto la puerta con esta oportunida­d” Mano “Correré con un guante que será un símbolo de lo que pasé”

Bruno Hortelano (Wollongong, Australia, 1991) volverá a competir hoy. Será en Tenerife y sobre 400 metros. El plusmarqui­sta español de 100 y 200 no competía desde el 17 de agosto de 2016. El 5 de septiembre sufrió un grave accidente de tráfico. 21 meses después regresa. ➥

Por fin, 21 meses después volverá a competir ¿Qué siente al saber que hoy volverá a calzarse unas zapatillas de clavos y a ponerse un dorsal?

—Una enorme ilusión de poder vivir lo que más amo, que es competir. Llevo meses soñando con volver a cruzar una meta de nuevo. Han sido miles de horas de esfuerzo para llegar hasta aquí. Después de tantas veces levantarme y caer constantem­ente durante este trayecto, esto supone mucho. La vida me ha abierto la puerta de nuevo, esto es una celebració­n.

—¿Qué se puede esperar de usted?

—Para volver quería estar al cien por cien y eso he hecho. No quería correr lento y con dolores en el cuerpo. Ejecutaré lo que he visualizad­o, lo que hago y que las marcas salgan solas. Estoy en un buen estado de forma. No quiero ponerme ninguna barrera y daré la mejor versión de mí, lo que yo llamo el 110 por ciento.

—En 21 meses, tuvo que pasar de todo por su mente.

—Hubo situacione­s de bajón, de depresión, y gracias a mi entorno y mi mentalidad optimista superé momentos que van con una experienci­a traumática como es un accidente. Al principio estaba fuerte por mi familia, pero costó mantenerlo. Fue difícil perder la imagen de atleta,

LOS 400 EN UN BUEN ENTORNO

Bruno Hortelano ha escogido para su reaparició­n Tenerife y los 400 metros, porque sirven para trabajar la base. Será hoy, a las 17:55 en Canarias (18:55 en la península). La semana que viene hará otro 400 en Oordegem (Bélgica), el 3 de junio debutará en 200 en Hengelo (Holanda) y en su agenda estaría la Diamond League de Estocolmo. la musculatur­a. Eso sí, siempre hubo esperanza. Ahora es real. —Todo lo que ha vivido en este tiempo, ¿qué tiene de negativo? ¿algo de positivo? —Negativo, quizás fueron los momentos puntuales como no poder correr un Mundial al aire libre y en pista cubierta, a la que tuve que renunciar. Lo positivo es que sé que voy a superar lo que era Bruno Hortelano en 2016. He tenido una experienci­a de vida, en la que he cambiado hacia un deportista con más madurez, que no quiere vivir en la expectació­n del mañana, sino en la felicidad de hoy y disfrutar del camino. —En el accidente tuvo un golpe grave en la mano derecha, en la cabeza y las rodillas. ¿Eso le ha dejado secuelas? —No tengo extensión de tres dedos de la mano, pero sí que me dejan entrenarme como antes: cargas, salidas de tacos, técnica... Inicialmen­te tuve dolores en las rodillas y en todo el cuerpo, que hicieron que este debut se alargase. Ya está todo superado y pasamos página de una etapa difícil. Eso sí, correré con un guante, que en principio me lo puse para protegerme del sol, pero que será un toque simbólico. No quiero olvidar las lecciones que aprendí con todo esto y los obstáculos que he tenido que superar. —Usted sabrá que no es lo mismo competir que entrenar.

—-Por supuesto. He llegado a un momento en el que hacer más entrenamie­ntos sin competir no me aportaba nada. Esta competició­n de Tenerife, la de la semana que viene en Bélgica y la de Holanda el día 3 servirán de test. No se hace marca personal en la primera carrera, ni Bolt lo hacía. Si hago mi mejor tiempo en 400 (46.22) será un extra, pero hoy saldré a disfrutar de las sensacione­s. —Lleva una camiseta de Berlín, tiene claro que irá al Europeo en agosto a defender su título de 200. —Aparte de la fe en mí y la que tiene Adrian Durant (su técnico), las marcas que estoy viendo entrenándo­me me dejan ver que sí voy a estar en Berlín en un buen estado de forma. El pasado sábado hice marca en 300 (32.80) en un test con pistola y célula. Sé que llegaré en mi mejor estado de forma y quiero demostrarm­e que puedo volver a estar con los mejores del mundo y medirme a ellos ya, aunque mi objetivo a largo plazo es Tokio 2020. —Psicológic­amente, ¿es ahora más duro?

—En los entrenamie­ntos de 400, que son los más exigentes, recuerdo sufrir mucho y ahora sé que es efímero, que dura 15 minutos en el suelo o vomitas. Pero pienso en las semanas, meses, en los que tenía dolores que pensaba que serían crónicos. El concepto de sufrimient­o cambia. También estoy trabajando mucho la visualizac­ión y la meditación.

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