Abraham García, el entrenador que marcó los inicios de Torres

■ “Tengo 31 años y 700 partidos y me sigo acordando de los consejos de Abraham García”. La frase es de Torres, en una entrevista en Jot Down. Abraham García. En su web, El Niño le define: “El entrenador más importante de mi carrera”. Un entrenador que, cuando le escucha, a Torres, piensa: “Estás loco”. Y se sonroja y se pone “hasta nervioso”. Y también sonríe, mucho, con nostalgia.

“Creo que fue por el momento en que nos cruzamos”, dice Abraham. Dos años, uno en el Juvenil de Liga Nacional y otro en el División de Honor, Fernando tenía edad de cadete. “Era muy callado, tímido, pero muy observador y con mucha personalidad”. 15 años tenía. “Un niño. Eso era. Yo decía: ‘Los mayores y El Niño’. Y El Niño, El Niño y con eso se quedó, igual que Luis con El Abuelo”.

Hijo de entrenador, de Juanjo García, aquel que llevó al Castilla a jugar una final de Copa del Rey contra el Madrid, creció pegado a la hierba. Cuando su padre se fue, comenzó a entrenar, “16 años tenía”, era su manera de tenerlo cerca, seguir su legado. Técnico exigente y sobre todo didáctico sus consejos a Torres iban por ahí: “Intenté decirle qué se iba a encontrar”. Si cierra los ojos aún puede verle: “Como entrenador tenerle era una sensación de la leche. Salía y pensaba: ‘Esto ya lo va a arreglar él’. Y lo hacía”.

Entonces “era muy impetuoso”, hoy, cuando le mira, le admira su poso. “Su madurez futbolística. En Inglaterra

ensanchó. Dijeron que estaba más lento, pero no: aquel es otro fútbol, más de contacto. Con La Roja de Luis aprendió el juego”. Cuando Abraham se terminó en el Atleti, Torres le envió un mensaje. “Desde Sudáfrica, a horas de la final”. Ahora que se termina El Niño, de Abraham sale un lamento. “Él podía haber dado más si hubiera tenido más”. Y lo dice muy seguro Abraham. Conoce como nadie sus cimientos.