“Vamos a ser el único club que gane en fútbol y en baloncesto”
Avisaba Ayón tras eliminar al Panathinaikos que el equipo volvía a tener hambre. Sed de victoria. 455 días después, el Real Madrid volvió a ofrecer un título en el Ayuntamiento y la Comunidad. La Décima
Copa de Europa. Palabras mayores.
“Un hito extraordinario que Madrid os agradece”, se arrancó Manuela Carmena. La alcaldesa esperó a pie de calle a la expedición encabezada por Florentino Pérez.
Los campeones de la Euroliga aterrizaron en Barajas a primera hora de la mañana. Miradas cansadas y algunas que otras gafas de sol, pero rostros alegres. Y de orgullo. Dos autocares partieron del Bernabéu y condujeron a los blancos por las calles de la capital. Primera parada, el Consistorio. A 40 metros de la Cibeles, aguardaban un centenar de aficionados. “MVP, MVP” coreaban a Doncic, molesto con las repetidas preguntas concernientes a su futuro. “Llull, Llull, Llull”, rugía la calle Alcalá cuando irrumpió el menorquín. “Este equipo está protagonizando una época que no se olvidará nunca. Habéis devuelto la pasión por el baloncesto a millones de madridistas”, destacó el presidente blanco antes de acordarse de los médicos y fisios: “Claves para acabar con las malditas lesiones”. El carrito del pescao.
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