Ricciardo pole, Alonso y Sainz sueñan con el podio
El australiano de Red Bull rompió varias veces el récord de vuelta rápida en Mónaco y terminó por delante de Vettel y Hamilton. 7 º el asturiano y 8 º el madrileño, atentos por si pasa algo por delante
Verstappen Estrelló el coche en el FP3 y no pudo salir a la clasificación
Apenas comió, se quedó arriba, en la zona de los garajes, junto a sus mecánicos, hablando con los ingenieros, intentando apoyar a los que trataban de echar marcha atrás en el tiempo. En Red Bull volaban para recuperar el coche que Max Verstappen había estrellado en la tercera sesión de libres, en la enésima maniobra con consecuencias del talentoso piloto holandés esta temporada. Primero se confirmó que tenía que sustituir la caja de cambios, después que no podría salir a pista en la sesión clasificatoria. Saldrá atrás del todo la joven estrella, un piloto al que Marko, el mismo que le echaba la bronca tras su accidente, comparó con Senna, el auténtico dios de las calles de Mónaco. Max, que más allá de su juventud desbordante es un buen chaval, se despedía de la gente de Red Bull con vergüenza… Y mientras, el chico normal de la sonrisa eterna rompía el récord del circuito cada vez que salía a pista.
Daniel Ricciardo saldrá desde la pole camino de una nueva victoria en uno de los circuitos más complicados del calendario, allá donde históricamente más ha importado el piloto, aunque ahora sea norma decir que aquí también es el coche el que manda. Pero la elegancia, lo fino que va siempre el australiano es perfecto para este trazado urbano. Como lo es para Alonso y Sainz. Los dos entraron en la Q3 mientras sus dos compañeros Vandoorne y Hulkenberg se quedaban fuera. El asturiano mejoró seis décimas en el inicio de la clasificación su tiempo de los últimos libres. Era el momento de la Q2 cuando el Ferrari de Raikkonen se acercaba a Ricciardo y parecía que podría plantar batalla. Y cuando aparecieron los dos Force India, justo tras los mejores coches y por delante de McLaren y Renault. En esa Q2 los Mercedes lo intentaron sin éxito con los ultrablandos, pero después tuvieron que montar los hiperblandos para poder entrar en la ultima fase.
Y ahí el hombre a batir era Ricciardo con su Red Bull, otro ingenio diabólico de Adrian Newey y los 90 aerodinamicistas de la fábrica de Milton Keynes. Al primer intento, el australiano respondió. Otro récord. Llega al 1: 10. Increíble, tocando los guardarraíles. Tras él, Hamilton y Raikkonen. Y los españoles sexto Sainz y séptimo Alonso, con 33 milésimas de diferencia. El asturiano tenía un juego de hiperblandos nuevos para el intento final, en busca del milagro, ese que negó el miércoles, él que tantas veces ha resucitado a Lázaro.
Se hizo el silencio en Mónaco, los yates bajaron la música al mínimo, los transatlánticos miraban desde lejos la pista, el príncipe Alberto sonreía jun- to a Stoner… y los pilotos salieron a la pista.
Alonso voló para ponerse sexto, una décima mejor con gomas nuevas, mejorando a Sainz. Pero en la segunda vuelta se les metió por delante Ocon, menos de una décima. Alonso tenía algún problema en el segundo sector y no pudo mejorar un puesto que le hubiera hecho soñar con el podio. El virtual, el que empieza de salida es Ricciardo, Hamilton y Vettel. A partir de ahí los finlandeses y más atrás llegan dos españoles atentos a cualquier pájaro que vuele. Si pasa algo por delante están ahí. Soñando. Y Verstappen, a remontar mientras Ricciardo sonríe.