Mi peor momento fue la derrota en Copa ante el Leganés. Me sentí...”

casi eléctrica con mucha naturalidad. Resolvía problemas con mucha facilidad, quizá porque se sentía cómodo. ¿Cuándo y por qué decide que esto no va a más? —Muchas gracias por sus elogios. Al final es lo que yo quería trasmitir, mucha seriedad, trabajo, entrega, lo que de todas formas es el ADN de este club, quería seguir en esta línea. Y he tenido el respeto de todos. Sobre todo de los jugadores y eso ha sido fundamental para conseguir cosas. Y luego llega el momento... Los jugadores no tienen nada que ver con mi decisión, es lo que yo pienso. Es que después de tres años, para un entrenador es difícil seguir haciendo lo que hace, sobre todo ganando tres Champions League. Yo no lo veo tan claro seguir ganando este año. Entonces, como yo soy ganador, a mí me gusta ganar, me gusta ganar en cualquier cosa. No me gusta perder y si yo tengo la sensación que no voy a ganar, entonces hay que hacer un cambio. Y no es hay que cambiar a este, este, este… Es como jugador, cuando decía no estoy a gusto porque no estoy ganando, me marcho yo. La culpa la tengo yo. No voy a decir la culpa la tiene éste. Entonces tomo la decisión y ya está. ¿Cuándo? No te lo voy a decir. Porque eso, si me lo permites, me lo voy a guardar para mí. —¿Qué le hubiese hecho a usted cambiar de opinión ante esta decisión?

—Nada, se lo decía al presi. Cuando tomo una decisión, no es que tome una decisión por tomar una decisión. He reflexionado mucho antes de tomar esta decisión y al final, bueno, cuando tomas la decisión ya está. No puedo echar marcha atrás. Nada más. No va a cambiar nada con la relación con el presi. Él sabe lo que pienso. Es una decisión y ya está.

—¿Su decisión está relacionada con las palabras de Cristiano el día de la final?

—Para nada. Para nada.

—¿Se hubiera quedado de no haber ganado en Kiev?

—No sé qué hubiera hecho. Puede ser. Puede ser...

Creo que tiene que haber un cambio necesario para seguir ganando”