Natxo, desleal e inoportuno
Queda algún gramo de lealtad en el mundo del fútbol profesional? La pregunta se la hacen ahora miles de zaragocistas después de conocerse el acuerdo de Natxo González para entrenar la próxima temporada al Deportivo, a una semana de comenzar el playoff de ascenso y cuando su contrato con el Real Zaragoza no vence hasta el 30 de junio de 2019. La respuesta es que sí quedan algunos leales, pero entre ellos, desde luego, no se encuentra el todavía entrenador del equipo aragonés. Natxo González tiene al Zaragoza cuarto clasificado, pero ha terminado por cuajar en una profunda decepción personal. Ha sido desagradecido y, sobre todo, muy inoportuno, especialmente con el director deportivo Lalo Arantegui y con el director general Luis Carlos
Cuartero, que primero confiaron en él y después lo protegieron y respaldaron contra viento y marea, cuando en el parón navideño el Zaragoza se colocó a sólo tres puntos del descenso, arreciaban las críticas y algunos consejeros pidieron su cabeza.
H
e tenido que picar mucha piedra hasta
llegar hasta aquí”, dijo Natxo González en su rueda de prensa de presentación, pero once meses después el Zaragoza le parece muy poco, incluso en Primera División, porque se ha comprometido con el Deportivo antes de saber si va a lograr el ascenso. El riesgo de desestabilización del vestuario resulta evidente y la gratuidad del daño es enciclopédica, pero, afortunadamente, el Real Zaragoza está muy por encima de Natxo y sobrevivirá a su deslealtad y a su inoportunidad. Aunque logre el ascenso pasará, por su egoísmo, con mucha pena y escasa gloria.