Fue penalti y fue expulsión de Gutiérrez

La Romareda dictará sentencia el sábado. El Real Zaragoza se trajo un empate a uno de Los Pajaritos y dio un paso importante, que no decisivo, para estar en la eliminatoria final del playoff. La igualada se celebró con contención, porque queda la vuelta y porque queda también un enorme malestar con el colegiado vasco

Gorostegui Fernández, que perjudicó gravemente al equipo aragonés en el reparto de tarjetas y, especialmente, en una jugada, un penalti sobre Papu, que traerá cola y que pudo haber dejado casi resuelta esta primera ronda de la promoción de ascenso.

El Zaragoza se adelantó muy pronto con un tiro libre magistral de su capitán Zapater, pero se dejó empatar casi de inmediato, a los treinta segundos, en una acción afortunada de Guillermo, que no acertó a despejar Delmás. La primera parte fue equilibrada, con mayor iniciativa aragonesa, y una decisión muy desafortunada del árbitro al filo del descanso: Gorostegui Fernández vio un piscinazo de Papu en lo que fue un penalti como un piano de Gutiérrez. Penalti y segunda amarilla para el defensor soriano, lo que le hubiera puesto muy cuesta arriba el partido al Numancia al tener que afrontar toda el segundo periodo con un jugador menos.

El equipo de Natxo González, al que se le vio con más cuajo en un escenario muy complicado, tuvo el control del juego durante prácticamente toda la segunda mitad y, relanzado por Febas, dispuso otra vez de las mejores ocasiones hasta que en los últimos veinte minutos jugó a dejar pasar el tiempo pensando en el partido de vuelta. Se presuponía que la eliminatoria se decidiría en La Romareda, y así será. Aunque el 0-0 clasificaría al Zaragoza, todo sigue en el aire, con un segundo partido ya sin red.