Bélgica ganó sin querer Algunos aficionados se durmieron en las gradas
Ambos equipos parecían querer ser segundos
Bélgica ganó un partido extraño en el que, pasara lo que pasara, nadie hubiera salido derrotado. Los belgas tienen material para alimentar los sueños. Los ingleses pueden fácilmente hablar de mejores cruces quedando segundos. Qué raro es el fútbol cuando no se juega a ganar. Especialmente durante la horrorosa primera mitad, los aficionados durmieron en las gradas, la gente se puso al día de los correos electrónicos pendientes y esta crónica se escribió, en su mayoría, antes del descanso.
Roberto Martínez y Gareth Southgate habían gustado contentar a los menos habituales y dejaron dos titulares cada uno. Desde el primer momento había que estar pendiente de las entradas fuertes, de alguna protesta, de las tarjetas amarillas que, con el empate a puntos, era lo único que separaba a los equipos. Inglaterra, con ese atractiva inocencia que le acompaña, no acababa de atreverse a ganar el partido por tarjetas. Los belgas vencieron esa batalla: no le salió bien a Fellaini, pero sí a Tielemans (minuto 18) y poco después a Dendoncker (32). Bélgica se ponía 5-2 en amonestaciones.
Ante un equipo que mantenía la posesión en su propia mitad, los ingleses, que cada vez tenían menos que perder, no pudieron chutar ni una sola vez a puerta durante la primera mitad. Los belgas chutaban desde lejos pero se estaba haciendo obvio que su equipo B era superior al inglés, que no supo controlar el partido, que no combinó bien y que no habrá disipado dudas a Southgate porque nadie mereció sacar del equipo a los titulares.
Rashford tuvo la oportunidad de abrir el marcador al inicio de la segunda mitad, pero su disparo no inquietó a Courtois, y más tarde tuvo un mano a mano con el portero que no supo resolver. Dio la impresión de que en la segunda mitad Bélgica, consciente de su superioridad, no quiso seguir el guión previsto. Especialmente Januzaj que, con Dembele, mostraron sus credenciales a Roberto Martínez por si los quieren de titulares. Su gol, un zurdazo desde la esquina del área, tuvo la calidad de los mejores.
Bélgica, que lleva 21 partidos sin perder, ha demostrado en este Mundial que puede ganar de varias maneras. Inglaterra, después del debate público sobre la necesidad de ganar o no este encuentro, dejó dudas sobre el valor de su plantilla y necesita vencer a Colombia en octavos para que no se mire atrás y se juzgue de otro modo lo ocurrido ayer.
Aburridos