De tópicos, maldiciones y catarsis

Cambió la tendencia. Del cuatrienio de éxitos y alegrías de 2008 a 2012, se ha pasado a otro de desencantos, el cuatrienio de 2014 a 2018, en el que España no pudo pasar de los octavos de final en el Mundial 2014 (cayó en la primera fase), en la Eurocopa 2016 y en el Mundial 2018 que ayer acabó para toda España. En el primer análisis a vuela pluma salen todos los tópicos y refranes seguidos. Que no hay rival pequeño, que no se puede ganar a nadie andando, que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, porque La Roja venía dando síntomas de no tirar para adelante. También invita la reflexión a mirar al principio del Mundial, a aquel 13 de junio (¡parece que ha pasado un siglo!), día en el que se vivió la mayor crisis en la historia de la Selección por el sabotaje de un club español a la Federación al anunciar el fichaje del seleccionador tres días antes del inicio del Mundial. Otros verán culpable al presidente de la Federación por poner al director deportivo de entrenador de la Selección.

Ymientras, los jugadores, que se sentían atacados y criticados en exceso por la Prensa, son los primeros que saben que han perdido una ocasión de hacer historia porque el lado del cuadro que le había tocado a España nos daba licencia para soñar (¡Así se las ponían a Felipe II!) porque los rivales eran propicios a su fútbol y a su categoría. Seguro que iban a ir creciendo en los tres partidos que tenían por delante. Pero no ha podido ser. A veces los desencantos, las decepciones, las crisis, provocan catarsis necesarias. Se rompió la maldición cuartos. Ya se romperá la maldición del anfitrión. ¡Suerte y adiós Rusia!