Sus victorias peligran hasta que tenga el veredicto definitivo
mínimo que sea, Froome perderá de manera automática la Vuelta en la que dobló la tasa permitida para el salbutamol. Y de nuevo dispondría de la oportunidad de trasladar el procedimiento al TAS.
A pesar de los esfuerzos del Tour por no caer en este círculo circunstancial y contradictorio, los precedentes no son nada alentadores. En 1999, ASO trató de vetar a Richard Virenque después del escándalo Festina, sin éxito. Lo mismo que les sucedió en 2009 con Tom Boonen, cuando al belga le cazaron con cocaína fuera de competición.
No obstante, ninguno de los dos rompió las reglas antidopaje. Froome, sí.
David Lappartient, presidente de la UCI, se encargó de confirmar que los resultados están “en entredicho” y que el caso va “para muy largo por culpa de los importantes medios económicos y jurídicos de ambas partes”. Mientras, el Sky cree que su ciclista, vencedor en los Tours de 2013, 2015, 2016 y 2017, no ha hecho “nada malo” y confía en que tomará la salida de la Grande Boucle en la Isla de Noirmoutier, así como que el Tribunal de la UCI no le impondrá ninguna pena. De cualquier forma, el esperpento continúa y poco a poco se aproxima al año de duración: el control se realizó el 7 de septiembre de 2017.
Sanción