La subida tiene 1,8 kilómetros de camino de gravilla
Después del primer día de descanso del Tour de 2018, surgen los imponentes Alpes. Hoy, la Croix Fry (11,3 km al 7%), el Plateau des Glières (6 km al 11,2%), Romme (8,8 km al 8,9%) y La Colombière (7,4 km al 8,5%). Mañana, llegada en alto en La Rosiere. Y pasado, las 21 curvas de Alpe d’Huez. Alta montaña al fin.
Glières se convertirá en el primer puerto de categoría especial e incorporará una sección de gravilla de 1,8 kilómetros. También aporta una bella historia: en 1944, durante la ocupación nazi, una cincuentena de soldados republicanos españoles, integrantes de la Compañía Ebro, combatieron junto a los maquis de la resistencia local frente a la milicia de Vichy y al ejército alemán. Murieron “por la libertad”, como se les recuerda en una escultura ubicada en la cima en forma de uve rota: la victoria siempre cuesta un precio.
La batalla deportiva de este Tour parece abocada a un duelo entre Sky y Movistar. La escuadra británica cuenta con el candidato mejor clasificado, Geraint Thomas, y con el defensor del título, Chris Froome, a 59 segundos de su compañero. En el mismo tiempo se encuentra Mikel Landa. Alejandro Valverde figura once segundos mejor que Landa y Froome. Y Nairo, 1:19 peor que el murciano. Los dos equipos disponen de ventaja numérica. Tres contra dos. Pero el triunfo, el maillot amarillo, conllevará un peaje: algunos deberán sacrificarse en favor de otros.
Thomas tiene claro que Froome lo haría por él: “Lo digo convencido. Si acaban los Alpes y apostamos por mí, seguro que Froomey me ayuda a subir al cajón de París”. Froome recoge el guante: “Nuestra relación dista mucho de la mía con Wiggins. Cumplí órdenes y me pararon. La táctica ahora se beneficia de dos corredores con opciones. La carretera resolverá la ecuación. De momento, disfrutemos de nuestro terreno”.
El mismo discurso que manejan en el Movistar. Aunque el liderazgo iba a definirse tras el pavés, Eusebio Unzué se siente cómodo con sus tres capitanes: “Ya se comprobará cómo se desarrolla la carrera, no renunciaremos a esa superioridad”. Quizá Sky les ponga las cosas fáciles y decida por ellos: si imprimen la marcha cuartelera que se prevé, los rivales pueden caer de maduros. No obstante, Landa señala el camino de la ofensiva: “No queda otra que atacar”. Esa parece la estrategia: luchar, no rendirse. Pagar el precio de la gloria. Los Alpes esperan.
Glières