AS (Aragon)

Sin Cristiano, mucha Juve

El portugués vio roja en el 28' ● Pjanic, de penalti, anotó los dos goles ● Partidazo de Cancelo ● El Valencia no supo cómo meterle mano a la Juventus

- CONRADO VALLE REPORTAJE GRÁFICO ALBERTO IRANZO Y DAVID GONZÁLEZ

Cristiano estaba de vuelta por su competició­n fetiche y también por España. Mestalla era el escenario de su bautismo en la Champions con la Vecchia Signora y sucedió que se cayó de la pila al poco de empezar la ceremonia. En verdad lo echaron de ella. Cristiano sufrió su primera expulsión en el torneo, la séptima de su carrera por roja directa. Ello por entender un asistente del colegiado Felix Brych que había agarrado del pelo a Jeison Murillo. Las imágenes de televisión no reflejaban tal castigo. Pero en la Champions no hay VAR. Así que Cristiano se marchó hacia vestuarios. Era el minuto 28 y el Valencia se creía entonces con opciones. Se veía con ellas. Pero no las tuvo. Aún con 10, demasiada Juve. Esto es Champions.

La Juventus evidenció que con Cristiano ha ganado en empaque, en presencia. Con él es candidato firme a llevarse la Orejona de Madrid a Turín. Sin Cristiano demostró ser un equipazo. Antes de la expulsión del portugués la Vecchia Signora perdonó lo que en Champions se suele castigar. Neto y la fortuna salvaron al Valencia en esa fase de la quema. Erró a bocajarro Mandzukic, falló también Khedira, que se marchó lesionado, y otra después Bernardesc­hi. Ello con un activo Cristiano, que con Allegri cae más en banda de lo que últimament­e acostumbra­da por Madrid.

Pero llegó su expulsión y el Valencia veía luz donde antes solo bianconero­s. Neto respiró, más aún Vezo. Gayà empezaba a ver a Cancelo por su campo y no solo por el suyo; mientras que Guedes y Rodrigo corrían con el balón en sus pies y no siempre tras él. Ahí la tuvo Batshuayi, en la mejor ocasión de los che. En la única prácticame­nte durante los 90 minutos. El belga dejó sentado a Chiellini, aunque Szczesny se le hizo grande.

Allegri había mandado a los suyos a las catacumbas. La cabra tira al monte y los italianos saben encerrarse. Pueden perder a un jugador pero no el oficio. Wass y Parejo no encontraba­n el camino. El dominio del Valencia era más por superiorid­ad numérica que por fútbol. Matuidi y Can cerraban espacios y Bonucci achicaba agua. Pero además esta Juventus tiene recursos en todas sus líneas. Precisamen­te por uno de ellos le pagaron al Valencia este verano 40,4 millones: Joao Cancelo. El portugués primero envió el balón al larguero y tras el rechace fue arrasado por Parejo. Penalti con o sin VAR. Pjanic cogió el balón a sabiendas de que con Cristiano pocos lanzará y no falló. Mazazo y descanso.

Otro penalti. A la vuelta de los vestuarios, más de lo mismo. Ni cinco minutos habían transcurri­do y otro penalti a favor de la Juventus. También de poca discusión. Murillo agarró a Bonucci en un córner y Felix Brych los tenía a tres metros. Y Pjanic, erre que erre. Ese gol ya no era una losa. Era una pirámide. La Juventus con diez no había hecho gesto alguno de flaqueza y por contra el Valencia no mostraba síntomas de saber cómo meterle mano. Ello por más que Marcelino agitara el árbol. Vezo por Cheryshev, lo que llevó a Wass a jugar de lateral y a Carlos Soler junto a Parejo; Guedes por Mina y Gameiro por Batshuayi. Pero ni con frescura ni tan siquiera de penalti. A Parejo se le hizo grande Szczesny desde los once metros; al Valencia en general la Juventus en todo el campo. Caer contra los italianos entraba en la ecuación, aunque los de Marcelino suman otro partido más sin saber lo que es ganar y eso genera ansiedad. Y le vienen curvas, la primera el domingo en Vila-real. Tras la Juve, derbi.

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