“Sin mi familia esto habría sido imposible” “Aprendí mucho entrenando con él, es muy metódico”

Martín recordó el duro camino al éxito: “He tenido un par de momentos que era hacerlo bien o me iba para casa. Por eso mi padre siempre dice que trabajo mejor bajo presión”

—¿Qué es lo primero que se le ha pasado por la cabeza y cuándo se ha dado cuenta de que era campeón?

—Mi familia, y he empezado a llorar. No me lo creía, me lo decía a mí mismo: ‘Campeón del mundo’, pero no te lo crees. Luego he visto a mi padre y me he puesto a llorar. Ha sido un momento único y que no quiero olvidar nunca. Además he ganado la carrera y estaba supercontento. La última vuelta estaba un poco desconcentrado porque iba mirando todas las teles, sabía que tenía mucha distancia y no me concentraba. Me iba largo en las curvas, pasaba por el agua. ‘Al final la lío’, he pensado. Cuando he acabado he visto en la pantalla que había ganado el Mundial, ha sido una sensación increíble.

—¿Cuánto ha costado llegar aquí?

—-No te lo puedes ni imaginar. Ha sido muy difícil y sin mi familia habría sido imposible. Ha costado mucho, pero este año ha sido la clave. Me encontraba muy fuerte y el objetivo siempre fue el título, pero hemos tenido muchos inconvenientes: caídas, lesiones, ceros, estar por detrás, recuperar puntos, volver a perderlo…

—¿Ha salido el plan como esperaba aquí en Sepang?

—El plan era escaparse siempre. Al principio, como la pista estaba con agua no he querido arriesgar nada, quería que pasasen las vueltas y se secase, porque hacía mucho calor. Al final, tirando les metía casi medio segundo y creo que ha sido la clave. —¿Tenía miedo?

—Al principio estaba asustado. No pensaba para nada en el campeonato y veía que todos querían estar delante. Con Marco he tenido un par de momentos que le veía un poco agresivo, pero mi equipo me ha repetido mucho que no entrase en el juego porque con dos segundos ganaba el campeonato. Pero quería pasármelo bien y entrar en el juego. Me he divertido y también en eso he podido ser un pelín superior. —¿Compensa esto los esfuerzos de toda una vida y qué consejo le daría a los chavales que están empezando? —Decirles que nunca va a ser fácil. Porque para ganar el Mundial se tienen que juntar los astros. Por supuesto compensa con creces. Las dietas, los días sin comer, los entrenamientos en ayunas… todo. Gracias a mis entrenadores, mi manager y a todos. —Le ha costado mucho llegar. Ya en la Rookies no se le garantizó moto tras ser segundo el segundo año. —Lo he dicho muchas veces. He tenido un par de momentos que eran de o hacerlo bien, o me iba para casa. Por eso mi padre siempre dice que trabajo mucho mejor bajo presión.

—¿Cómo fueron esos entrenamientos con Lorenzo?

—Ahora no tanto porque vivimos muy lejos, pero en Barcelona hacíamos mucho ‘Dirt Track’ y ‘Flat Track’, o entrenar con la ‘Supermotard’. He aprendido mucho de él, es muy metódico, y ha sido algo único y que me ha ayudado mucho. Este año me ha dado muchos consejos cuando he tenido bajones. Y también le tengo que agradecer a Aleix o Maverick que me han ayudado. Son buenos amigos.

—¿Y con Chicho, su padre?

—También le tengo que dar las gracias, del año pasado a este he cambiado mi estilo de conducción. Y he encontrado 2 o 3 décimas por vuelta que antes no tenía. Es una escuela muy buena, donde se aprende y se llega a ser muy competitivo.

—Primer madrileño campeón del mundo de la historia...

—Es único ser el primero en algo, además son números redondos. 600 victorias y 50 títulos. Así que un gran día para España y para Madrid.

Lorenzo