Mercedes Clase A festival tecnológico
La marca alemana va un paso más allá en la relación entre el conductor y su coche con la nueva generación de un compacto con soluciones propias de segmentos superiores
La democratización de la tecnología se manifiesta en el sector del automóvil quizá como en pocos otros. Ya no es necesario recurrir a coches de altísima gama y precio para disfrutar de soluciones realmente avanzadas, como demuestra con claridad la última generación del Clase A de Mercedes-Benz.
Un compacto de 4,1 metros de longitud, algo más grande en general que el precedente y, por tanto, más espacioso en su interior incluyendo un maletero que mejora en 29 litros de capacidad. El diseño se inspira tanto en la herencia de la saga como en las últimas realizaciones de la marca, con una acertada combinación de elegancia y dinamismo, siempre apreciable en un segmento dirigido fundamentalmente a usuarios de menor edad que otros de sus hermanos.
Pero la gran sorpresa del nuevo Clase A llega con un despliegue tecnológico concretado en lo que se ha dado por llamar
MBUX, acrónimo que define la experiencia del conductor con el vehículo a través de soluciones de última generación. Resultan tan evidentes como la instrumentación completamente digital, con dos pantallas en el salpicadero, configurables en multitud de parámetros y dotadas de una inteligencia artificial que llega a aprender de los hábitos del usuario para hacer más simple e intuitiva su utilización. Son casi infinitas sus posibilidades y sin duda coloca a esta nueva conectivi- dad como la referencia de su segmento y comparable a la de modelos de un posicionamiento muy superior, incluso dentro de la propia marca de la estrella.
Si a ello se suma una calidad de acabados, materiales y equipamiento intachables se llega a un resultado absolutamente convincente, que sirve para justificar el elevado precio del producto. Y por ese mismo motivo no parece el más aconsejable el único propulsor diésel disponible por el momento en la gama; de origen Renault, con sólo 1,5 litros y 116 CV de potencia está sin duda por debajo del excelente nivel del coche. No es que sea un mal motor, sólo que no acompaña a una propuesta que, por lo demás, pone en serios apuros a sus rivales de mercado.