El Sevilla se inventa un empate en un final loco
El Eibar desfiguró 88’ a los de Machín, pero se despistó
Estas cosas raras sólo las ves en el fútbol. En el minuto 87, el Sevilla perdía 0-2 contra el Eibar, Iglesias Villanueva terminaba de expulsar a Banega y el VAR había confirmado la posición de fuera de juego de Kike García, al límite. Nadie se hubiera escandalizado si el partido hubiese terminado 0-3. Era el Sánchez Pizjuán más frío en mucho tiempo y el Sevilla más triste de la temporada. La jugada siguiente fue una pared entre Sarabia y Ben Yedder (1-2). Sólo un momento después, el madrileño, que había estado desaparecido y muy bajo durante todo el partido, entró como un avión en el área; 2-2. Lo más increíble es que el Sevilla, que había sido manifiestamente inferior durante 88 minutos, tuvo tiempo hasta para ganar el partido, que terminó loco y con sevillistas que hacían el paseíllo a casa dándose la vuelta para ver desde los vomitorios el inesperado desenlace.
Porque el
Eibar se había merendado al Sevilla. Ocupó mucho mejor los espacios, maniató al rival y ejecutó con maestría el plan de Mendiibar. Con mucha más energía, llegó un metro y una décima de segundo antes a cada balón hasta desfigurar por completo al Sevilla. Cote y Cucurella convirtieron la izquierda en una banda consistente y Orellana fue el verso suelto perfecto. El chileno se sacó de la chistera un fenomenal truco. Dentro del área, burló a tres centrales y batió a Vaclik. Un ejemplo de la determinación del Eibar y la fragilidad del Sevilla. Como el 0-2, en una dejación de funciones de Sarabia y Wöber que castigó Charles.
El 0-2 levantó las iras del Sánchez Pizjuán. Pitos a los cambios, pitos a los que estaban en el campo, pérdida de papeles general..., hasta la descarga final de impactos: expulsión (84’), gol anulado (87’), 1-2 (88’), 2-2 (93’). Mendilibar se fue a darle la mano a Machín por no hacer alguna barbaridad. El fútbol es rarísimo cada vez que quiere.
Locura final Del posible 0-3 y el Sevilla con uno menos se pasó al 2-2 final