Sobre la fidelidad y la fiabilidad

Cuando un general se va a la guerra necesita asegurarse de que sus hombres reúnen dos cualidades sin las cuales nada es posible. Hablo de la fidelidad y de la fiabilidad. Aunque el fútbol sea mucho más pacífico y que, normalmente, nadie

muere al final del partido, a cualquier entrenador le hace falta que sus futbolistas sean como soldados y que tengan estas dos características esenciales. Y más cuando se trata de montar un nuevo proyecto después de una temporada catastrófica. “O conmigo, o contra mí” podría ser el lema de los técnicos. Pues, en este sentido, Zinedine Zidane sabe que hay un futbolista que cumple con creces estos requisitos. Se llama Karim Benzema y su magnífico partido, con hat-trick incluido, del pasado miércoles contra el Fenerbahçe ha confirmado que el delantero será uno de los sargentos de Zizou también en esta campaña.

Es evidente que puede contar con su total implicación, su fuerza y su resistencia física (jugo 80 minutos el martes y 60’ al día siguiente) y su acierto goleador. Además de su capacidad natural de entender mejor que nadie el sentido del juego, los planes de su entrenador y de pensar en el colectivo. Un día de 2014, mi querido amigo Carlo Ancelotti me dijo: “No te imaginas la suerte que es para mí tener a un futbolista como Karim”. Muchos no hubieran sido capaces de valorar esta frase entonces. Ahora podemos estar seguros de que los aficionados madridistas la entienden perfectamente.