Nadal, ante De Miñaur o un rival de la previa
De orden de Don Pelayo, después de medir las aguas, presidiendo el dios Neptuno los actos de esta olimpiada, con las novias, los tritones, el cañón, los centauros y Pialla, nuevamente se autoriza, en Arriondas, la carrera de piraguas…”. Así comienzan los versos que preceden a la salida del Descenso Internacional del Sella, que alcanza hoy (11:45, TPA y +TDP) su 83ª edición con Julio Martínez y Emilio Llamedo como
El espectáculo que ofrece la salida del Descenso Internacional del Sella es algo que se queda en la memoria de todos los que han tenido la suerte de verlo. Las miles de personas que se instalan en las riberas del río, el Asturias Patria Querida cantado con el tradicional desfase entre la multitud y la megafonía oficial, el sonido del cañón que da inicio a la competición, centenares de piraguas tomando el agua a la carrera… Es un caos armonioso. Un regalo para la vista y el alma.
La única forma de mejorar la experiencia es viviéndola desde dentro. Participando en el Sella. Dicen los expertos que da igual que seas veterano o primerizo, que la noche antes
máximos aspirantes al triunfo. Entre otras, cosas porque parten primeros en la parrilla de salida, viendo a todos sus rivales detrás, y porque Martínez aspira a conquistar, a sus 49 años, su duodécima corona de ganador de la prueba, que rozó el pasado año porque fue segundo por muy pocos metros de distancia con los campeones.
Pero el cántabro no lo tendrá fácil. De entrada, entre los favoritos, está el podio al completo del pasado Campeonato de Europa de maratón: los franceses no se duerme del todo bien. Que por la mañana te despiertas con una sensación rara en el estómago. Que las cuatro o cinco horas que transcurren desde que te despiertas hasta que estás a punto de comenzar a remar discurren lentas y rápidas al mismo tiempo. Que cuando te quieres dar cuenta ya está sonando el himno de Asturias, un cepo mantiene fija tu pala y tu vista se queda clavada en la embarcación, que te espera a diez metros de distancia, tocando el agua. Que se te pone la piel de gallina. Que se puede escuchar el silencio. Que hay gente que llora.
Que te dicen que suena el cañonazo, pero no lo oyes. Y que de repente comienza un movimiento frenético, de Quentin Urban-Jeremy Candy (oro), los húngaros Boros y Mathé (plata), y el K2 español José Julián Becerro-Miguel Fernández Castañón (bronce).
También en el K2 femenino no hay que perder de vista a las tres embarcaciones triunfadoras en el pasado Europeo de la especialidad: las campeonas húngaras Renata Csay y Zsofia Czellai-Voros y las españolas Tania Álvarez y Tania Fernández (plata), y Eva Barrios y Amaia Osaba, bronce continental pero con la etiqueta de ganadoras deportistas corriendo hacia las piraguas, empujándolas hacia el río o porteándolas para ganar unos metros en la salida. Que durante unos 15 o 20 minutos bajarás el río rodeado de embarcaciones y la probabilidad de meter la pala en el agua será casi la misma que la de golpear a otra piragua. Que escucharás los gritos de los que te adelantan, indicándote por qué lado lo harán. Que si vuelcas, tu única preocupación será no perder la pala, ya que sería sinónimo de abandonar la carrera. Que pasado ese tramo inicial, te das cuenta de la cantidad de adrenalina que has liberado y empiezas a pensar en disfrutar de la carrera, aunque en el inicio te has divertido tanto que apenas has tenido en su categoría de la pasada edición del Sella.
La salida será, como es tradicional, a las 12 del mediodía y se espera buen tiempo. El récord absoluto de la prueba lo tienen Julio Martínez-Miguel Fernández Castañón, que completaron el recorrido de 2009 en 1h:01:14. Por tanto, pasada la una de la tarde se conocerá a los reyes de 2019. El popular cocinero Nacho Manzano, con dos estrellas Michelín y nacido en la comarca del Sella, será el pregonero de esta edición. tiempo para pensarlo. Que casi estás a mitad de camino y se te ha pasado rapidísimo.
Que cuando llegas a la meta casi no te quedan fuerzas. Y que la tarde transcurre a bordo de una nube, aunque hayas llegado de los últimos. Un poco como los cantantes cuando se bajan del escenario, que no se pueden ir a dormir. Tal vez por eso el mejor remedio sea ir a tomar unos culines de sidra, para terminar de fundirse con el ambiente.
El Sella es una prueba que todo deportista debería vivir (siempre con la preparación física y médica adecuada) desde dentro. Aunque luego le toque seguirla desde fuera y le invada la melancolía. Quien lo probó, lo sabe. ■ Rafa Nadal no tendrá un camino fácil en su regreso a las pistas en el Masters 1.000 de Canadá. El balear, que defiende el título logrado el año pasado en Toronto, debutará en la segunda ronda de la edición 2019, que arranca el lunes en Montreal, contra el australiano Alex de Miñaur o un rival de la previa.
Nadal, cabeza de serie número uno en ausencia de Djokovic (tampoco participa Federer), irá por el lado opuesto a Thiem, segundo favorito, al que solo vería en una hipotética final. Si avanza, antes de ese posible duelo se cruzaría con Goffin, Fognini y Tsitsipas, siempre teniendo en cuenta el ranking. Contrincantes difíciles para Rafa, que iniciará su andadura en el torneo probablemente el próximo miércoles. Ayer se entrenó con público en la central.
El otro español con plaza asegurada en el cuadro principal, Roberto Bautista (décimo favorito), empezará en la primera ronda contra un qualifier. Y si pasa podría ver a Schwartzman, Nishikori y Tsitsipas en cuartos antes de medirse, en el mejor de los casos, a su compatriota Nadal. Feliciano López y Marcel Granollers participarán en la previa.