AS (Aragon)

“Bale puede recuperar su lugar y James tiene sitio en esta plantilla”

- MARCO RUIZ / LA ENTREVISTA

¿Cómo interpreta la alineación de Bale ante el Celta?

—Sorprendió, claro, porque durante todo el verano la sensación es que Bale estaba más fuera que dentro. Pero su categoría le avala para ser titular. Es el jugador que mejor relación tiene con el gol de todos con los que cuenta Zidane. Y el año pasado ya vimos que el gol no es una cuestión menor.

—Como técnico en la 1994-95, ¿usted tuvo capacidad para pedir fichajes?

—-La capacidad de maniobra que me dieron era mínima. Pude traer a Redondo por Prosinecki. Y, efectivame­nte, el otro extranjero que yo pretendía sacar del equipo, era a Zamorano…

—¿Le dijo que se fuera?

—Amablement­e, pero su postura de quedarse era muy firme...

—¿Qué hizo entonces?

—Cometí un error, irme a los extremos… Y una vez que te vas ahí, cuesta mucho trabajo volver.

—¿A qué se refiere?

—Hice una declaració­n fuerte: “Si tengo cinco extranjero­s Zamorano será el quinto en jugar”.

—Como Zidane con Bale: “Si se va mañana, mejor”.

—Pero Zidane tiene una sonrisa irresistib­le que al parecer yo no tenía (risas).

—Tampoco es eso…

—Lo cierto es que aquello me alejó de los chilenos por los siglos de los siglos. Todavía hoy me lo recuerdan.

—¿Qué pasó después?

—Tanto Iván como Amavisca eran dos profesiona­les extraordin­arios y dos personas encantador­as. Fue fácil dar la vuelta a la decisión.

—¿En qué momento decidió echar mano de Zamorano?

—En el primer entrenamie­nto que hicimos en Suiza. Zamorano tiene un corazón más grande que el propio balón. Y había en él también un deseo de demostrarm­e que estaba a la altura de la camiseta. Entendí que tenía que regresar ya en esa primera sesión de trabajo.

—¿Qué hizo?

—Me acerqué: “Iván, ¿tú siempre entrenas así o sólo cuando odias al técnico? (risas)”.

—¿Y qué le dijo él? —Que no, que siempre entrenaba igual. Terminé la charla diciéndole que creía que iba a tener que tragarme algunas de las cosas que había dicho. —¿Y Amavisca?

—Fue otra historia. Estaba recién llegado y era joven, y yo no le conocía lo suficiente. Pedí que hiciera la pretempora­da y cuando terminó no tuve ninguna duda de que estaba a la altura del Madrid. Y fueron los dos muy útiles. —¿Ve paralelism­os entre la situación de Zamorano y Bale?

—El de Bale es otro tipo de carácter. No hay dos casos iguales porque no hay dos jugadores iguales. Bale está hecho de otra materia, un jugador más frío. Un poco por las lesiones y otro por su personalid­ad no ha terminado de tomar el liderazgo.

—¿No puede terminar lo de Bale como lo de Zamorano?

—La categoría para recuperar un lugar entre los titulares la tiene. No es un jugador cualquiera.

—¿Y James?

—Para mi gusto tiene lugar en la plantilla. Si lo ponen tres partidos seguidos, es posible que ya no le quiten.

—Hablemos del arranque liguero: Hazard, De Jong, João Félix. ¿Un gran salto cualitativ­o?

—Son tres nombres que van a refrescar el campeonato, gente joven con un talento singular, con un fútbol no sólo eficaz sino también atractivo. Y casan con el estilo que hace diferente a LaLiga, que es un campeonato que honra al mejor fútbol.

—¿A quién le recuerda João?

—El chico parece distraído y está totalmente conectado al juego, parece acorralado y le bastan dos toques para aclarar el camino, parece lento y cuando cambia de ritmo resulta imparable… Amaga hasta cuando desayuna, no hay que creerle en nada (risas).

—¿De Jong nació para jugar en el Barça?

—En principio sabemos que nació para jugar en el Ajax. Ahora hay que ver qué diferencia al Ajax con este Barcelona. Es un hombre de asociación, fino, ve el fútbol rápido y generalmen­te, hacia adelante. —Es un extremo de toda la cancha. Lo mismo hace versar su velocidad pegado a la raya que jugando de interior. Lo que mejor tiene es el regate y el Madrid necesitaba a alguien que eliminara defensas en los últimos metros.

—¿Es mejor en la izquierda?

—En la selección también le vimos en la otra banda y no desentona. Tiene algo de alma libre, eso sí. Es de esos jugadores que necesitan más que le den órdenes, que le den confianza… De lo demás se ocupa él.

—¿Tiene el Madrid jugadores para el 3-5-2?

—Las pruebas dejaron sensación de fragilidad defensiva. Con los jugadores en plenitud, ese sistema tendrá otra consistenc­ia. Con la actitud de Vigo todos los sistemas terminan valiendo. El dibujo favorece a algún jugador, como Marcelo, que termina siendo más diez que lateral, o al mismo Hazard… Pero en justa compensaci­ón, castiga a otros: ata más a Carvajal, por ejemplo.

—¿Ve al Madrid demasiado delgado en la media?

—Todos esperábamo­s que se reforzara ahí. Se fue Marcos Llorente y eso deja un poco sólo a Casemiro, que termina siendo un jugador vital. Y en cuanto a Kroos y Modric son dos cracks, pero es muy difícil que mantengan un nivel homogéneo durante una temporada tan larga. Todo apuntaba a Pogba, pero el mercado no es tan fácil en estos momentos como para que te sirvan a la carta lo que tú quieres.

—¿Si usted fuera técnico del Madrid querría meter a Neymar en su vestuario?

—Hay dos visiones en torno a él. Una que parece dominante entre los aficionado­s: el miedo que da su modo de vida. Y otra, que habla de que es el único jugador que ofrece el mercado que revolucion­aría al Madrid y el ambiente. Pero eso tienen que medirlo Zidane y el club.

—¿Necesita Neymar jugar en el Madrid o en el Barça para volver a sentirse futbolista?

—No me atrevería a decir qué es lo que necesita pero, efectivame­nte, lleva dos años perdiendo de vista al futbolista. Y eso es dar mucha ventaja…

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UN MITO DEL MADRIDISMO. Valdano, posando para AS en un céntrico hotel de la capital. —¿Para usted cuál es la posición ideal de Hazard?

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