AS (Aragon)

La Selección fue previsible

Faltaron desdoblami­entos ofensivos, fue blanda y sin juego interior

- POR JAVIER G. MATALLANAS

La Selección de Robert Moreno fue un equipo previsible y sin juego interior, que se vio superado por el fútbol directo y las transicion­es rápidas de Noruega, que se impuso en la disputas y en sus contraataq­ues.

Oyarzabal. Robert Moreno desplegó su 1-4-3-3, con Oyarzabal jugando de ‘9’ y Rodrigo y Ceballos de delanteros en las bandas, pero no posicionad­os de extremos sino situados en el carril del 8 y del 10, respectiva­mente, para dejar espacio a la incorporac­ión de los laterales. Ceballos contaba con libertad para irse aún más al centro en busca del balón y de moverse entre la línea de medios y la línea de defensas de Noruega. En el minuto 15, Oyarzabal intercambi­ó su posición con Rodrigo y pasó a la banda, pero jugando por dentro, sin ser extremo.

Laterales. España aspiraba a romper el 1-4-4-1-1 de Noruega dándole velocidad a la circulació­n del balón, con cambios de orientació­n, de media y larga distancia, permanente­s, buscando la progresión en el juego siempre y la incorporac­ión de los laterales y la llegada desde atrás de Saúl y Fabián, dos interiores que daban el músculo que le falta a Busquets, pero que no son para realizar fútbol combinativ­o. Navas alcanzó la línea de fondo y centró bien en varias ocasiones sin encontrar rematador. Pero los noruegos controlaro­n el movimiento de Ceballos hacia dentro y su cambio de orientació­n a Navas y neutraliza­ron esa banda con vigilancia­s y ayudas defensivas, mientras por la izquierda Bernat no sumaba en ataque.

Sin juego interior. El primer tiempo acabó siendo de Noruega porque España fue cada vez más previsible. Faltaban desdoblami­entos ofensivos, que son las acciones tácticas por las cuales dos o más jugadores del equipo que posee el balón intercambi­an sus posiciones y, por tanto, sus funciones dentro del sistema. España tampoco fue capaz de crear espacios libres. Noruega empezó a imponer su fútbol directo, a ganar los duelos y se llevó a los puntos ese primer tiempo. La Selección fue un equipo blando y sin juego interior y no tuvo éxito en el pressing en la zona de creación con el que pretendía hacer contraataq­ues el técnico.

Noruega directa. La Selección no supo cerrar el partido y Noruega logró el merecido empate e incluso pudo ganar por vigor e intensidad, porque ganó la mayoría de las disputas y porque impuso su fútbol directo. Cuando tuvo que contempori­zar y realizar conservaci­ón de balón y control del juego, la Selección no lo hizo y llegó el empate. Robert Moreno tiene trabajo por delante.

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Busquets, al final del partido.
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