AS (Aragon)

GRAN PREMIO DE AUSTRALIA

- MELA CHÉRCOLES PHILLIP ISLAND (AUSTRALIA)

La leyenda del caníbal Márquez continúa viva. Su hambre voraz se ha cobrado esta vez la víctima de Maverick Viñales, que había hecho méritos más que de sobra para ganar la carrera o, como mínimo, terminar segundo. Sin embargo, el de Yamaha acabó en el suelo buscando a la desesperad­a una opción de adelantami­ento sobre su rival en la última vuelta. Un triste e injusto final el suyo para un fin de semana en el que había sido el mejor en los libres y, además, había firmado la pole una hora antes de que arrancaran las carreras.

El campeón, ajeno a la aparatosa salida por orejas de su rival en la intimidato­ria bajada posterior a la curva de Lukey Heights, siguió tirando hasta cruzar la meta en solitario, con 11 segundos de ventaja sobre Crutchlow y 14 sobre Miller, que heredó posición de podio tras la caída de Mack. Fue el premio del australian­o por salir victorioso de un nutrido y animado grupo en el que también pelearon con todo

Bagnaia, Mir, Iannone, Dovizioso, Rossi (hizo una salida enorme de la cuarta a la primera plaza, por fuera), Rins y Aleix. En total, ocho pilotos peleando por la medalla de chocolate y que acabó siendo un bronhizo entre el final de la penúltima y el arranque de la última. Había estado varias vueltas midiéndose en la recta con Viñales y estaba claro que lo intentaría, aprovechan­do la mayor caballería de la Honda respecto a la Yamaha.

Le superó antes de empezar el último giro, por el margen izquierdo en vez de por el derecho, como intuía Maverick, porque cerró ese lado. Gracias a eso comenzó el del Repsol Honda la vuelta decisiva con sólo tres milésimas de ventaja sobre su rival. La amplió a 159 al paso por el primer parcial. A 239 al segundo. Era de 116 en el tercero y, nada más pasar este punto, llegó el vuelo sin motor de Viñales. Una faena, porque de verdad que se merecía un final mucho mejor, por mucho que él dijera después que en un día así prefiriera acabar en el suelo que ser segundo. Fueron muchos los que se beneficiar­on de su caída para ganar una plaza en el último suspiro. Así, Mir terminó quinto, Rins noveno y Aleix décimo. Por cierto, enorme papelón de las Aprilia, que llegaron a rodar en el grupo de cabeza, protagoniz­ando algunas de las muchas pasadas que hubo. Iannone acabó sexto y Aleix décimo, con lo que firmaron un gran top ten de ambos para la casa de Noale.

Más atrás acabaron Pol Espargaró, que fue duodécimo, y Lorenzo, último en meta con la decimosext­a plaza, a más de un minuto de su compañero de box (1:06.045) y superado por Johann Zarco

(13º) en su debut con la Honda. Verle a pie de pista causaba estupor, porque en nada se parecía al campeón que fue.

No acabó la carrera por retirada Tito Rabat, que es duda también para Malasia por la lesión que arrastra en la mano derecha, y se fueron al suelo en la primera vuelta Quartararo y Petrucci. Primero se cayó el italiano, que con su cuerpo golpeó al francés y quedaron los dos fuera de combate. Tendrán oportunida­d de revancha en una semana, en el circuito de Sepang.

Caída Petrucci ‘salió por orejas’ en la primera vuelta y tiró a Quartararo

Lorenzo Finalizó último (16º) a más de un minuto de su compañero

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