Las relaciones entre los clubes siguen rotas
El partido de la máxima rivalidad en el Principado entre el Oviedo y el Sporting se disputará el próximo domingo en el Carlos Tartiere (16:00) sin la presencia en las gradas de la afición rojiblanca, la popular ‘Mareona’, y sin directivos sportinguistas en el palco presidencial. Sin duda, el azul oviedista será el único color visible en el estadio carbayón durante el derbi asturiano.
El consejo de administración del Sporting decidió ayer no acudir finalmente al palco el próximo domingo y secundar así la medida anterior de sus aficionados de rechazar las 1.200 entradas que el Oviedo iba a enviar a Gijón para su distribución y venta, en desacuerdo con las estrictas medidas de seguridad que ha fijado la Delegación del Gobierno.
Como sucedió el pasado año, los seguidores rojiblancos con esas entradas deben someterse a un dispositivo que les obliga a concentrarse cuatro horas antes del encuentro en el aparcamiento de El Molinón para ser desplazados a Oviedo -a 32 kilómetros de distancia- en autobuses oficiales y escoltados por la policía. El Sporting pretendía flexibilizar esas medidas y someter a ellas solo a los aficionados más radicales. Pero el Oviedo rechazó la propuesta, según un comunicado de la entidad gijonesa.
Tras rechazar las entradas sometidas a ese control, los directivos del Sporting ha decidido no acudir al encuentro que tampoco iba a contar con la tradicional comida oficial de directivas. Las relaciones entre clubes fueron rotas por el Oviedo, de forma unilateral, tras el segundo partido de la pasada temporada, en El Molinón, como protesta por el mal trato que, según la entidad carbayona, recibieron sus aficionados en los accesos al estadio gijonés.
Frialdad