AS (Aragon)

La primera noche del ‘tiqui-taca’

Lesionados Villa y Torres, Aragonés apostó por Tamudo y los jugones: Joaquín-Xavi-Cesc-Iniesta España desplegó un juego brillante y casi se aseguró la clasificac­ión para la Euro

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Dinamarca-España. 1-3. (13-10-2007). Clasificat­orio para la Eurocopa 2008 de Suiza y Austria. Con Luis muy criticado, llegó una exhibición de fútbol y goles. En Aarhus sí que comenzó todo.

para como quiero jugar. Nos ayudará. Sabe entrar y salir, jugar entre líneas. Le conozco bien.”. ¿Y cómo quería jugar Luis en fecha tan importante? Con todos los jugones. Lo tenía claro. Era un día para tener el balón, para jugar a ras de césped. Con la humedad el balón iba a correr y lo mejor para ello era juntar a Xavi, Cesc e Iniesta, escorado en la izquierda, pero con libertad para entrar en el rondo. A la derecha Joaquín, otro defensor del balón al pie. Por detrás de ellos: Albelda.

En un momento de calma, Luis habla con los tres tenores. “Señores quiero que lleguen al área contraria. Quiero que busquen el remate, el último pase. Usted Andrés tire diagonales, juntese a Xavi y Cesc. Lleguen, lleguen… Algún día tienen que meter un gol”.

Durante la semana había dudado si incluir también a Silva en el once en perjuicio de Joaquín, pero vio al canario muy cansado. “Lleva mucha tralla. Le sacaré en la segunda parte. Joaquín nos va a dar juego por la banda y desborde. Pero tiene que apretar un poco más”. Al final, las circunstan­cias del encuentro impidieron los planes del técnico. Silva no jugó, pero hizo debutar a Riera en los últimos minutos y marcó un golazo.

Tampoco jugó Puyol. Un fijo para Luis. Muchos frentes abiertos había en esos momentos y podían influir negativame­nte además del partido en sí. La conferenci­a de Prensa de la víspera había sido tensa. La sombra de Raúl era alargada. Casillas, como capitán, respaldó al selecciona­dor con sus palabras y defiende la unidad del equipo. Contra todo ello tenían que luchar esa noche esos hombres vestidos de blanco. El 1-4-1-4-1 se dibuja nítido. Los daneses quieren asustar con tres delanteros, pero no huelen el balón.

Una diagonal de Iniesta, eso le pedía Luis, y un centro medidito para el cabezazo de Tamudo. El técnico, de pie, en su zona, cierra los puños. Un gesto muy suyo. Al cuarto de hora, el gol que debía tranquiliz­ar a todos y revolucion­ar a los daneses que perdiendo estaban fuera. España no perdió el balón. Lo que pedía Luis. En un día tan complicado quería que su equipo fuera más suyo que nunca. Las ideas claras. Circulacio­nes largas, mucha posesión,

Ramos Su gol fue el mejor ejemplo del nuevo estilo

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