El espíritu del Karbo
El éxito actual del Depor Abanca en Primera revive la esencia de aquel pionero equipo gallego
Hace más de medio siglo que nació en A Coruña una ilusión. Una idea liderada por los directores de una escuela (Ramón Carrasco y Mari Carmen Borrego), el colegio Karbo, que apostaron por algo en lo que pocos creían: el fútbol femenino. 52 años después del nacimiento de aquel equipo, también llamado Karbo a secas, su recuerdo toma fuerza entre los coruñeses coincidiendo con el éxito del Deportivo Abanca. Apenas tres temporadas después de su nacimiento, el cuadro blanquiazul ha revivido, siendo la revelación (4º) en su debut en Primera, la garra del que fue el mejor equipo de España, con cuatro títulos nacionales, equivalentes a las actuales Copas de la Reina (no había Liga), en 1981 (título no reconocido como oficial), 1983, 1984 y 1985.
El Karbo fue uno de los equipos que creó un precedente en el fútbol femenino español. “No quiero hablar de discriminación, sino de que la gente nos miraba con sorpresa, con cara rara. Nosotras nunca hablamos de aquello, pero nos dábamos cuenta de que habíamos empezado una pequeña revolución”, relata en una entrevista a AS Lis Franco, exjugadora del Karbo, al que llegó casi por casualidad después de que un amigo periodista de su padre, el mítico exjugador de Depor o River Plate, Rafael Franco, le contara que había un equipo femenino en un colegio del barrio de Los Mallos. “Yo siempre había estado con un balón en los pies. Y descubrir que existía un equipo en el que podía jugar fue una de las mejores noticias de mi vida”, subraya Lis.
Aquel Karbo, que posteriormente sería absorbido por el Deportivo, estaba liderado por un profesor del colegio, José Mañana, y compuesto por jugadoras de edades muy dispares. “Yo tenía nueve años y había compañeras que rozaban los treinta”, destaca, tras exponer cómo fueron los primeros años: “Hay dos etapas. En la primera, éramos un poco el mono de feria, un show en las fiestas de los pueblos con partidos del estilo de solteras contra casadas. No nos gustaba aquello, pero algo es algo. Luego apareció la que ahora es la Copa y nos empezamos a sentir futbolistas”. Sin apenas entrenar, con algunas pachangas los domingos, las jugadoras del Karbo comenzaron a hacerse un nombre en A Coruña, culminando en su conversión con el Depor.
“Se le dio mucho eco en la prensa a la victoria contra el Laracha (equipo masculino). No había equipos femeninos y jugábamos contra los masculinos. Aquellos partidos empezaban con risas, pero cuando veían que íbamos en serio empezaban a competir”, expone Lis, que hace hincapié en las grandes cualidades del histórico Karbo: “Yo, como aquel equipo, no recuerdo otro. Era la mezcla perfecta de jugadoras veteranas con una gran fortaleza y garra y jugadoras jóvenes”.
La llegada al Depor fue de la mano de una gran acogida por la afición coruñesa. “Jugábamos en Riazor los domingos en horario de misa dominical pero, a pesar de eso, alcanzábamos los 5.000 espectadores”, indica la exjugadora, que se siente “muy orgullosa” del calor que se le está dando al Depor Femenino: “Me encanta que el deportivismo vuelva a dar esta acogida al fútbol femenino”.
Los problemas económicos hicieron que el Karbo Deportivo desapareciera en 1988, poco antes de que empezara la primera Liga femenina. Varias jugadoras se retiraron, algunas pusieron rumbo a equipos de Madrid o Barcelona y otras se pasaron al fútbol sala, como Lis. “Era el final de una vida entera, de una familia”, sentencia.
Comienzos “Éramos un poco el mono de feria, un show en las fiestas de los pueblos”