El Atlético rendirá un gran homenaje a Antic
La crisis por el coronavirus impide celebrarlo ahora La bandera rojiblanca en el Metropolitano ondeará a media asta en su honor esta semana
El entrenador serbio será recordado como merece cuando termine el confinamiento. Así lo confirmó el presidente del Atlético, Enrique Cerezo, el lunes en ‘El Larguero’’: “Que no se preocupe nadie, que tendrá su homenaje”. El técnico se hizo leyenda en 1996 con el doblete.
La bandera del Atlético en el Metropolitano ondea desde el lunes a media asta por la muerte de Radomir Antic a causa de una pancreatitis. Es el único homenaje que el club puede hacer en estos momentos de coronavirus, con España en estado de alarma, confinada, sin velatorios ni entierros de más de tres personas, sin posibilidad de darle un adiós a su altura. Pero lo habrá, seguro, en cuanto esto pase. Lo avanzó el presidente rojiblanco, Enrique Cerezo, en El Larguero: “Que no se preocupe nadie, que Antic tendrá su homenaje”.
Su corazón latía familia, era rojiblanco, color predominante en un salón de su casa en Aravaca, Madrid, donde coleccionaba fotos, banderas, portadas de periódicos, recuerdos. Radomir se lo enseñaba a sus visitantes con la ternura de un padre hablando de sus hijos. Lo eran, los del fútbol. Sólo tres entrenadores de la historia rojiblanca, Luis (611), Simeone (467) y Zamora (206), dirigieron al Atlético más partidos (189).
“Nunca fui un entrenador de gritar, jamás. Prefiero que ellos, los futbolistas, entiendan, que comprendan el por qué de cada cosa. Por eso todo lo escribo en esa pizarra a la puerta del vestuario”, confesaba en el libro Hasta siempre, Vicente Calderón el propio Antic, sus métodos, su llegada al Atlético el verano de 1995. Jesús Gil, la primera vez que bajó al vestuario y la vio, preguntó extrañado: “¿Pero esto qué es?”. “Así preparamos los partidos, presi”. “Primera vez que lo veo en mi vida...”. Era el serbio el entrenador de la pizarra, de las tortillas, cervezas y barbacoas de los viernes para hacer convivencia (“Es más fácil morir en el campo por alguien que sientes hermano que sólo un compañero”) y de las fotos a los rivales. “Cuando supe que nos cruzaríamos en la Champions con el Ajax (cuartos, 1997) envié a gente a su estadio a hacerles fotos en cada partido. Trajeron diapositivas. Miles, de cada jugada. Entonces no había vídeos...”.
De corbata. Un entrenador que siempre, en sus 189 partidos con el Atlético, llevó corbata, como Simeone su traje negro. “Nunca nadie se fijó, pero desde que soy entrenador la llevo. Corbata. Si durante siete días te preparas para una fiesta y ésta es un partido, uno debe vestir bien”. Un entrenador que devolvió al Atlético a Neptuno y que, en una de esas celebraciones, al salir del Calderón, se fijó en una anciana, camino a la fuente. Aplaudía desde una acera, al paso del autocar. “Cuanta gente hay detrás a la que hacer feliz”, decía. Se hará raro no escuchar en la radio su bratzo, como se hace desde hace dos días pensar, escribir de él en pasado.
Mito Dirigió 189 partidos al equipo, el cuarto que más en la historia