Un millón de test
La PGA planea análisis masivos para que la competición vuelva el 11 de junio en Texas
El PGA Tour tiene la intención de reanudar el circuito el 11 de junio con el Charles Schwab Challenge en Texas, tras una enorme reestructuración del calendario. Para ello, se está elaborando un plan para que la competición regrese con la máxima seguridad posible, según ha comentado el comisionado Jay Monahan. Y en el programa para llevarlo a cabo, una de las medidas será recopilar de manera masiva test de coronavirus (quieren hacer hasta un millón de pruebas, según The Guardian) para controlar en todo momento a las personas implicadas en las citas, que en sus primeras fechas se celebrarán sin público, aunque se estima que, aun así, para llevarlas a cabo quizá se necesiten unas 700 personas en total.
El plan se basará en mandar test a sus hogares antes de los viajes, pensando también en aquellos jugadores que residan fuera de EE UU y tengan que viajar (a los que se consideraría como trayectos esenciales). Una vez en los torneos, evitar todas las situaciones de riesgo (espacios conjuntos como vestuarios y comedores) y controlar a los implicados, incluidos jugadores y caddies durante toda la semana que dure cada torneo. Y si alguno diera positivo durante la competición, ponerle en cuarentena. “Necesitamos realizar pruebas generalizadas a gran escala, donde podremos evaluar jugadores, caddies y otros componentes antes de que regresemos”, ha asegurado Monahan, que no obstante ha afirmado que adquirirán esas pruebas siempre que no interfiera en el momento crítico que vive el país, cuando se destinan prioritariamente a centros médicos, etc... También se ha valorado hacer un control con máquinas que detecten síntomas, aunque parecen más destinadas a usarlas una vez que vuelva el público a los torneos.
Monahan ha defendido que el regreso del golf, al aire libre y con la capacidad de que los jugadores y personal puedan mantener la distancia, es menos complicado que otras actividades. El directivo forma parte de la comisión de asesoramiento que ha formado el presidente Donald Trump junto al resto de comisionados de las grandes ligas para valorar el regreso de la alta competición. “Estoy cansado de ver por la televisión partidos de béisbol de hace 14 años”, ha llegado a asegurar Trump.
Por ello, el presidente, gran aficionado al golf, ha prometido a Monahan ayudarle en todo lo que esté en su mano para que se pueda volver a competir. Su deseo es que el regreso del deporte ayude a recuperar una sensación de normalidad lo más rápido posible. Sí se canceló el Open Británico, pero no los majors estadounidenses, que se reprogramaron. Además, la Ryder Cup también se disputa en septiembre en suelo norteamericano, en concreto en Wisconsin.
Respaldo La PGA cuenta con el apoyo del presidente Trump