Del tenis modesto
Técnicos y jugadores advierten sobre las consecuencias económicas del parón por la pandemia, que puede cercenar muchas carreras
Ya han pasado ocho semanas desde que se disputaron las últimas finales de los circuitos internacionales de tenis. El parón obligado por la pandemia del coronavirus afecta a todos los jugadores, aunque de diferentes maneras. El perjuicio es tanto deportivo como económico. Fuera de la élite, abarca desde la inquietud de Carlos Alcaraz, la perla española que empezaba a despuntar, hasta los problemas de la clase media para llegar a fin de mes o pagarse el alquiler. Habrá incluso quien tenga que dejarlo y dedicarse a otra cosa. Los más damnificados pertenecen al grupo que está entre las grandes figuras y los júniors o semiprofesionales.
Son la clase media-baja del tenis, los que necesitan el alivio que se proponen darles todos los estamentos de su deporte, ATP, WTA, ITF y los cuatro Grand Slams, con su Plan de Ayuda al Jugador. Su situación la explica muy bien Toni Colom, entrenador que estuvo presente en los inicios de Nadal y que ahora prepara al doblista David Vega (25 años y 100 del ranking por parejas). “A aquellos que hayan adquirido ciertos compromisos con entornos profesionales y vivan mes a mes de los ingresos público. El tercero, jugar en otra época del año y el último sería el peor: que no haya Open de Australia hasta 2022. Tenemos que prepararnos para todo”, dijo. Y reveló que el torneo tiene un seguro antipandemia, como Wimbledon, pero vence en julio y puede ser difícil renovarlo. que les proporciona el tenis, ahora que se los han cortado son los más perjudicados. Lo mismo pasa con los torneos: los hay consolidados y con buenos seguros, y otros que sobreviven año a año”, dice el técnico mallorquín de 46 años, que se considera, al igual que su actual discípulo, parte de ese sector intermedio “que puede quedarse en el camino si no se le ayuda”.
Alejandro García Cenzano (Madrid, 24 años), es entrenador y sparring de algunas figuras. Acompaña a la paraguaya Verónica Cepede Roig y ayudó a la tunecina Ons Jabeur antes de su sorprendente actuación en Australia (llegó a cuartos). “Los entrenadores, si no estamos con los jugadores, no cobramos. Si ellos no compiten y no ingresan, yo tampoco”. Álex conoce a jugadores del segmento al que irán destinadas las ayudas, como Nicolás Álvarez Varona (Burgos, 18 años y 629º). “Tengo contratos que dependen de resultados y no sé cómo quedarán. Y es probable que la temporada no se reanude”, comenta. A pesar de su juventud, de él dependen en parte “dos entrenadores, dos preparadores físicos, dos fisios, el representante y un especialista de material”.
Mejor que a Nicolás le ha ido a Mario Vilella (24 años y 188º). Jugó la primera ronda en Melbourne y se fue para casa con 90.000 euros. “No me afecta tanto, porque cubro los gastos de este año. Además, en Equelite (la academia de Ferrero) me ayudan con el precio que tengo que pagar por estar aquí y hacerse cargo del equipo que va conmigo”, dice el ilicitano, que cree que “los habrá que lo pasen mal”. “Yo hace unos años, cuando era el 500, no tenía recursos para pagar el entrenamiento ni la comida. Me apoyó gente y pude subsistir”.
En parecida situación está Carlos Taberner (22 años y 175º), que pudo disputar la previa en Australia y algunos torneos ATP. “Está todo congelado y en mi posición hay muchos gastos. Si ayudan a los jugadores entre el 150 y el 250 sería estupendo”, dice el valenciano, que la semana pasada recibió “la prestación de autónomo de 680 euros”. Esa es la clase laboral de los tenistas, con sus correspondientes deducciones tributarias. La que tiene, pero en Francia, Lou Brouleau (24 años y 370ª), que vive en Madrid y se entrenaba en el Club Chamartín. “No puedo pagar el alquiler, me ayudan mis padres”, dice la tenista, que piensa en “cómo ganar dinero en los próximos meses”. “Voy con entrenador y preparador físico, pero tienen más trabajos”, explica, para después aclarar que debe “pensar en el futuro y quizá estudiar”. “Mi mejor amiga, jugadora de dobles, tendrá que parar si no hay ayudas y buscar trabajo”, concluye. Ese es el otro tenis.
Toni Colom “Hay una parte que puede quedarse en el camino sin ayudas”
Taberner “Ahora he recibido la prestación de 680 euros de autónomo”