Superatleta sin montañas
Kilian Jornet desvela en AS el nuevo enfoque del año hacia el reto en asfalto
Ser Kilian Jornet y cumplir cuarentena en casa no debe ser sencillo. Menos con un repertorio de cimas a tiro. Pero el compromiso ético impera. Incluso cuando la norma no obliga en Noruega a un confinamiento estricto. “Podría hacer salto base, pero toca ser responsable. Entreno en casa y, si salgo, corro riesgo cero”, cuenta a AS por videollamada.
Jornet es ahora un superatleta sin montañas. Ha cambiado el calendario y su entrenamiento. Sin estrés. Tiene nuevo reto.
“Ahora debería estar en el Himalaya escalando, pero se cancelaron las expediciones. Veo esta situación como una oportunidad para preparar mejor el reto en asfalto”, explica. Y no le preocupa la pérdida de forma física. “No pasa nada por hacer menos este mes. Podemos recuperar rápido y aprovechar para mejorar otros aspectos”, cuenta.
Cambio de chip. El desafío que tiene al mundo runner intrigado gana en prioridad. Es tiempo de adaptarse a otra preparación. Correr muy rápido es el gran objetivo. “Hacía tiradas diarias en cinta de 50 kilómetros, pero bajé hasta máximo 30 y trabajar las series. Desde los 200 metros hasta un kilómetro. Tengo un buen VO2max (capacidad aeróbica). Mi punto débil es la velocidad. Hay que trabajar lo que sufro”, admite esbozando una sonrisa.
La propia preparación es también el reto. Su cinta alcanza como máximo los 20 kilómetros por hora. “Juego con la inclinación al 3 o 4% para trabajar un poco más. Ahora necesito mover las piernas más rápido”, apunta. Unas sesiones que combina con series en la carretera que está junto a su casa. “Llevo toda mi vida sin correr en asfalto. Empecé el año pasado. Es muy duro. Se nota en las piernas y debo tener cuidado. Es más fácil lesionarse en mi caso que estoy acostumbrado a la montaña”, admite.
El suspense continúa envolviendo al desafío. Mientras tanto, ofrece pistas. “En agosto veré cómo me encuentro y si las lesiones respetan. Quizás en otoño y si no, en invierno. Sin duda va a ser larga distancia. Quizás media maratón o maratón. En función del entrenamiento decidiré”, desliza.
Y después del plan llega la reflexión sobre el planeta y la fragilidad del ser humano.“En la montaña sientes que eres poca cosa. La gente y los gobiernos, con decisiones valientes, tenemos el poder de cambiar cosas. Si nos unimos podemos hacer mucho, aprender para prevenir las próximas crisis”, argumenta.
Los tiempos están cambiando, pero la clave está en adaptarse rápido. Termina la conversación y sale a relucir Zatopek, el atleta checo que dejó una frase para el imaginario maratoniano: “Si quieres correr, corre una milla. Si quieres cambiar tu vida, corre una maratón”. Kilian Jornet hace rato que ha superado la distancia. El reto para un espíritu libre como él es otro. Es tiempo de asaltar el asfalto.
Cinta “Hacía tiradas de 50 km y ahora trabajo la velocidad”
Objetivo “En otoño o invierno quizá haga una maratón o media”