La Segunda B camina hacia la profesionalización
Clubes e instituciones planean una categoría de bronce con 40 equipos en vez de los 80 actuales y con controles económicos similares a los que aplica LaLiga en Primera y Segunda División
La pandemia del coronavirus provocará un cambio obligatorio en el formato de la Segunda B. La RFEF planteó a los clubes dar por terminada la temporada regular, suspender los descensos y sólo disputar los ascensos, lo que provocaría una liga de 98 equipos la próxima temporada. Para muchos esta realidad mermaría el atractivo de la competición y podría ahuyentar algunos inversores. Algunos equipos ya estiman una pérdida de ingresos del 50% para la 20-21 ante la pérdida de patrocinios y jugar parte de la temporada. La RFEF tenía previsto tomar la decisión sobre la Segunda B la pasada semana, pero la demoró. En esta que arranca decidirá cuándo verse con las Territoriales y qué hacer con la categoría. Eso sí, tendrá que hacerlo en consonancia con el CSD, que está atento al devenir del fútbol español.
A la par que la propuesta de la Federación, se ha empezado a gestar otra que promueve una Segunda B Pro con menos equipos y más exigencias económicas. Este nuevo planteamiento de la categoría está más cerca de plasmarse, no sólo por la petición de varios clubes, sino por lo firmado en el Pacto de Viana. La intención
La SER desveló la pasada semana el borrador de lo que sería una Segunda B Pro. Según el documento, la categoría estaría compuesta por los cuatro clubes que descendiesen esta temporada de LaLiga SmartBank, los 12 equipos que jugarían el playoff de ascenso en Segunda B y los que ocupan las plazas entre la 5ª y la 10ª de los cuatro grupos que componen la categoría de bronce. Estos 40 equipos se dividirían en dos grupos de 20 cada uno según criterios geográficos. El borrador también específica cómo sería el sistema de ascenso y descenso: subirían a Segunda División los dos campeones de cada grupo y las otras dos plazas se decidirían en un playoff entre los segundos y terceros clasificados. Perderían la categoría los últimos cuatro clasificados de cada grupo. Un escalón más abajo habría una Segunda C formada por cuatro grupos de 20 equipos: los 40 que no lograsen formar parte de la Segunda B Pro y otros 40 que ascenderían de Tercera División. El sistema de ascenso cambiaría respecto a la actual, los campeones de cada grupo no jugarían playoff. Las cuatro restantes sí se decidirían a través de una promoción de ascenso. de Tebas, como desveló AS, es que la Segunda B se profesionalice más, aunque el cambio sería para la temporada 21-22, y así tener más tiempo para reorganizar todo. En la modificación del Real Decreto 5/2015 de los derechos audiovisuales acordado en Viana ya se ve un atisbo de que la categoría cambiará, ya que el 2% de las teles irá a la RFEF para “el desarrollo del fútbol aficionado y de las infraestructuras federativas así como a la mejora de la competitividad de las categorías no profesionales a través de la actualización de su estructura”.
Muchos equipos e inversores ven apropiado plantear una Segunda B más profesional y más atracitva con menos equipos y con medidas económicas más estrictas basadas en las establecidas en Primera y Segunda. Con la aprobación de la venta centralizada de los derechos de televisión se podrá reducir el ratio de diferencias entre clubes con más y menor poder. Se piensa en establecer un control económico para evitar pagos que no estén reflejados en los contratos de los jugadores y marcar el límite salarial de cada equipo. El proyecto, en un principio, consistiría en dos grupos de 20, aunque no se descarta hacerla de un solo grupo transcurridos unos años.