Órdago a las universidades
Jalen Green, posible número 1 del draft de la NBA en 2021, rechaza el paso por la NCAA y se va a la G League
Jalen Green, que cumplió 18 años en febrero, apunta al número 1 del draft 2021 de la NBA. Este escolta californiano en el que se adivinan cosas de Kobe Bryant, y que ya ha sido campeón del Mundo Sub19, puede ser, además, un jugador cuyo nombre se recuerde como el desencadenante de un cambio de paradigma en el baloncesto estadounidense: su próxima temporada, la última antes del draft, no la vivirá en la Liga universitaria sino en el proyecto de desarrollo de jóvenes que, gracias en gran parte a él, está impulsando la NBA. Un órdago a la NCAA.
Green, con ofertas de universidades desde los 14 años, ha decidido enrolarse en el Select Team, equipo de la G League (la Liga de Desarrollo de la NBA) creado para ayudar a jóvenes en el año de transición: jugará con otras promesas y con veteranos, a las órdenes de entrenadores de prestigio (suena David Fizdale) y con un programa en el que no disputará la temporada de la G League sino algo menos de 20 partidos, con duelos contra equipos internacionales y otros de la propia Liga de Desarrollo. Green, esta es la gran revolución, cobrará medio millón de dólares que podrá ser más en función de primas, tiene ya agente, podrá firmar contratos publicitarios y recibirá una beca de estudios completa.
En la NCAA los jugadores no pueden cobrar nada mientras las grandes universidades se hacen de oro. En gran parte gracias a unos contratos televisivos que ahora valen 771 millones al año y que será unos 1.100 entre 2025 y 2032. Pero la fuga de talentos es un problema mayúsculo. El año pasado, LaMelo Ball y RJ Hampton (dos top 20 para el próximo draft) optaron por jugar en Australia en lugar de en una universidad. Adam Silver entendió que era el momento de la NBA, que ha creado ese proyecto puente para que los jugadores se salten el College, se formen en un entorno más cercano a la NBA y ganen dinero.
Una transición hasta que se consiga la eliminación del one and done, la regla por la que tiene que pasar al menos un año desde que un jugador termina el instituto hasta que puede ser elegido en el draft. Ese era el terreno de las universidades, que al menos contaban con un curso de unos grandes talentos que ahora pueden optar por la vía de la NBA, que pule todos los detalles y que planea tener ese equipo probeta, el Select Team, en California, tal vez vinculado a la Mamba Sports Academy, las instalaciones de alto rendimiento que levantó Kobe Bryant. Una ruta que puede ser un enemigo mortal para la tradición universitaria, hasta ahora intocable en el deporte USA. Lo dice Mike Krzyzewski, el legendario entrenador de Duke que ha ganado tres oros olímpicos: “No se va a poder encajar tanta pérdida de talento, llegará un punto en el que vamos a necesitar ayuda”.
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