Ya toca balón
El belga empieza a correr y se reencuentra con la pelota en su casa ● Estará a disposición de Zidane
Eden Hazard (29 años) progresa adecuadamente. Como contó AS el pasado 6 de abril, la evolución tras la operación de la fisura en el peroné distal derecho, llevada a cabo de forma satisfactoria el 5 de marzo en Dallas, ha sido muy buena y el belga estará disponible para Zidane cuando se reanude la competición, presumiblemente en junio. Su protagonismo entonces quedará en manos del técnico francés, que ha demostrado ser un entrenador poco dado a correr riesgos y, por contra, muy partidario de ir incorporando poco a poco al jugador que sale de un lesión seria.
Este periódico ha podido saber que Hazard empezó a trotar hace unos días y que también ha podido tocar balón. Este último supone un paso muy importante para el belga, que incluso pelotea a diario con sus hijos en el jardín de su casa en Madrid. Después de contagiarse de coronavirus uno de los fisios que acudía a su domicilio, el teletrabajo, con vídeos para cada rutina, ha sido la mejor solución para su puesta a punto pese a estar en casa.
Así van los avances del atacante, de quien su seleccionador, Roberto Martínez, ya anunció el 19 de abril en una entrevista en VTM News que próximamente sería capaz de hacer carrera. Esa etapa ha llegado y el optimismo sigue creciendo, con las debidas precauciones por la mala suerte que ha tenido Hazard a lo largo de su trayectoria en la zona dañada, con dos intervenciones quirúrgicas. En el club destacan ese gran ánimo que ha mostrado en todo momento Eden, al que sólo se vio especialmente tocado en la noche que le mandó de nuevo al quirófano, el 22 de febrero en la triste visita al campo del Levante, con derrota incluida.
Bélgica. Asimismo, en su país siguen muy atentos a su recuperación. Desde un primer momento hubo total confianza no sólo en que estaría en la Eurocopa (se ha aplazado a 2021 por el coronavirus), sino en que también reaparecería con el Madrid. Las imágenes que llegan desde España a su país van corroborándolo y, liberado de la presión de ponerse a punto para el torneo de selecciones, Hazard se puede centrar por completo en estar lo mejor posible para Zidane.
Le leí una vez a Ernest Hemingway (un tipo al que adoraban en Pamplona, igual que a nuestro añorado Michael Robinson) que el hombre “tarda sólo dos años en aprender a hablar y sesenta en prender a callar”. Viene esto a cuento porque noto en la atmósfera del fútbol una desconfianza y un desapego hacia Hazard que me parece prematuro y poco reflexivo. Ya sé que las grandes expectativas levantadas con su fichaje no se han visto cumplidas en su primer curso de blanco ni siquiera en un 10%. Pero las lesiones tampoco le han dado un mínimo de continuidad como para poder valorarle con sentido de la justicia.
Yo estuve junto a mi hijo en la tarde de su presentación como nuevo jugador del Madrid y desde Cristiano no se recordaba algo igual. No logró llenar la plaza como el crack portugués, pero vi a más de 50.000 aficionados entusiasmados con su sola presencia. Esa ilusión no se genera con una campaña de márketing. Eso fue espontáneo porque el fútbol habilidoso, ingenioso, de regate eléctrico y velocidad endiablada es lo que gusta en el santuario de La Castellana. Recomendaría a los que ya le han dado por finiquitado que esperen. Tiene 29 años, la edad con la que llegó Zidane al Madrid en 2001, y si por fin su tobillo le respeta jugará con el amor propio y el orgullo del que quiere revancha. Seguro que Hemingway estaría dispuesto a esperarle...