Nelson Vivas,
y me alegro tanto de cómo ha cambiado...
—Tras dejar el Atleti por primera vez fichó por el Benfica y luego por el Marsella. Allí le llegó una oferta importante del Real Madrid. ¿Por qué se rompió el contrato?
—Yo llegué al Marsella meses después de que estallara el escándalo de corrupción con el presidente Tapie. Nos dijeron que nos teníamos que marchar porque el club podía desaparecer. Y me llamó un directivo del Madrid, que me querían fichar. Me subió el ego. Le dije que debían hablar con Jesús Gil, porque yo seguía teniendo en mi contrato una cláusula altísima anti-Madrid y Barça. Llamé a Gil, que ya había hecho las paces con Mendoza, y me dio libertad para decidir. Entonces, Real Madrid y Marsella llegaron a un acuerdo. Pero cuando tenía el contrato para firmarlo, fui al baño, mis hijos, que eran pequeños, vinieron detrás de mí y antes de hacer mis necesidades les miré y pensé: ‘¿cómo voy a jugar en el Madrid habiéndolo hecho en el Atleti?’. En ese momento me guardé el ego, salí, no firmé, pedí perdón y me fui.
—¿Alguna vez pensó que pudo haber triunfado en el Bernabéu como jugador del Madrid?
—Cuando fui campeón de Europa en 1987, fiché por el Atleti, pero después me enteré que también pujaron por mí Real Madrid, Juventus, Inter y Barça, que parece que ya había hablado en Viena con el presidente del Oporto, Pinto da Cosa, pero él nunca me lo dijo. Hubo reuniones, pero no había oferta. Sólo me hacían preguntas de tipo psicológico como: ‘Si estás una semana sin ver a tu madre, ¿cómo te sientes?’. Un día me harté y pregunté que si siempre hacían tantas preguntas de ese tipo cuando contrataban a extranjeros, me dijeron que no, y entonces repliqué que por qué conmigo sí, y me contestaron que porque era portugués y pensaban que éramos frágiles mentalmente; de hecho, me dieron ejemplos de grandes jugadores de mi país que no habían triunfado fuera. El Atleti fue realmente el único que dio el paso definitivo para ficharme.
—¿Colgó las botas con la sensación de que se mereció el Balón de Oro que ganó Gullit?
—Gullit lo había hecho bien en el Ajax y en el verano de 1987 fichó por el Milan. Yo ese año había sido campeón de Europa con el Oporto y me fui también ese verano al Atlético. Yo sabía que tenía ventaja y que debía mantenerla hasta noviembre cuando empezasen las votaciones. La lucha era entre Gullit, Butragueño y yo. Pero hubo un periodista de mi país que votó a favor de Gullit. Yo creo que hubo trampa. En esas votaciones siempre ha habido cosas raras, y más en esa época. Un día, estando en el Milan, estuve a punto de preguntarle a Berlusconi qué había hecho para que ganara Gullit y no yo, pero no tuve coraje.
—¿Cómo fue aquella historia de que trabajó en un taller mecánico cuando empezó a destacar en el fútbol?
—Ya el fútbol me pedía más sacrificios en las categorías inferiores del Sporting de Portugal y al colegio empecé a ir menos. Entonces mi padre me puso a trabajar en el taller de mi primo João. De las nueve a las dos o dos y media. Me duchaba en el mismo taller y cogía el barco que tardaba dos horas en llevarme a Lisboa, donde entrenaba en el estadio José Alvalade. Regresaba a mi casa sobre las once. Y por la mañana, otra vez al taller. Así dos años, hasta que con 15 me hicieron contrato profesional en el Sporting. A partir de ese momento, me quedé en la residencia del club, donde pasaba cinco días por semana. Por la mañana me entrenaba con el primer equipo y por la tarde con el mío.
—Similitudes y diferencias entre Luis Aragonés y Simeone.
—Yo no he visto una charla de Simeone, pero seguro que se asemeja bastante a las de Luis, que vivía el fútbol con gran intensidad. ‘El Sabio’ fue un gran motivador, dicho por grandes estrellas españolas cuando estuvieron con él en la Selección y en los clubes a los que entrenó, y estoy seguro de que Simeone también lo es.
—¿Qué consejo daría a Griezmann para poder triunfar en el Barça o al menos que juegue a un mejor nivel sin molestar el estatus de Messi?
—Antes de firmar dije que no podría llegar a los niveles de cariño en el Barça que podía haber tenido en el Atlético, como yo, por ejemplo. En el Barcelona, haga lo que haga, siempre las portadas y los focos serán para Messi.
—¿Cuál ha sido el gran ídolo de juventud de Futre?
—Yo me formé en el Sporting de Portugal, pero mi ídolo era Chalana, que jugaba en el rival, en el Benfica. Era impresionante, un genio. Después, me quedé prendado del italiano Bruno Conti en el Mundial de España; de hecho, siempre quise ir a la Roma por él. Pero por encima de ellos siempre Maradona.
—¿João Félix ha demostrado ser un gran jugador, pero cuando va a explotar del todo?
—João Félix ha demostrado que es un crack, y quien diga lo contrario va con mala intención. Como cuando se le culpó de la derrota y la eliminación del Atleti ante la Cultural Leonesa en Copa, después de los cuatro pases de genio que dio a sus compañeros, que no estuvieron acertados ante la portería. Ha podido tener algún mal partido, se ha lesionado, pero con la presión que tiene por lo que se ha pagado por él con sólo 19 años ha hecho más en su primera temporada de lo que yo hice cuando llegué al Atlético con 21 años. Yo hablo mucho con él y le quito esa presión, que se centre en jugar y en seguir demostrando lo fenómeno que es. Cuando coge el balón se ve que es diferente, y la afición lo sabe.
—Muchas gracias.
—-A ustedes.
tercero del Cholo, habló en 947 FM Argentina sobre la vuelta tras el coronavirus: “Al no poder interactuar, es difícil trabajar el ataque”.