Cómo se gestó el fichaje de Sainz
Vettel no aceptó un rol secundario y Ferrari abrió la lista a Bottas, Ricciardo y el madrileño, el vencedor
Cuando el martes, a primera hora, Ferrari anunció la salida de Sebastian Vettel a final de año, el equipo que vela por los intereses de Carlos Sainz ni se sorprendió ni se apresuró. El fichaje del español por Maranello estaba atado y encaminado días antes y la filtración de Seb a los medios alemanes que adelantaron su adiós sólo aceleró el proceso: el elegido por Mattia Binotto, jefe de la escudería; Louis Camilleri, CEO de Ferrari; y John Elkann, presidente de Fiat, era Sainz. Aunque antes se sondearon otras posibilidades, todos los caminos llevaron a Madrid.
El proceso empieza en diciembre de 2019: el final de temporada en Ferrari fue tumultuoso con el accidente de Charles Leclerc y Vettel en Brasil y las presiones por la investigación de la FIA. Los dos pilotos acababan contrato en 2020 y el día de Nochebuena se anunció la renovación del monegasco hasta 2024. Los galones de líder no se precisaban en el mensaje, pero se sobreentendían con la premura de la negociación y la extensión de la vinculación. Seb, un tetracampeón indiscutible hasta entonces, relegado al segundo plato.
Binotto afirmó desde el principio que su prioridad era mantener al alemán y hubo ofertas, pero el desencuentro existía desde la base de las conversaciones: más allá de la rebaja de sueldo o la duración, inicialmente un año, Vettel no asumía un rol secundario y aunque afirma que el dinero no fue decisivo (de unos 30 millones anuales a 12), la única cifra real para valorar a un piloto en una escudería es su salario. Su postura es comprensible: cuatro coronas, 53 victorias y 240 grandes premios, con 32 años, frente a un chaval de 22 que acaba de lograr sus dos primeros triunfos con Ferrari. Pero en Maranello el pasado es una losa, los trofeos de la vitrina pesan demasiado a la hora de gestar un nuevo proyecto. Y con caras nuevas en casi todas las áreas, empezando por la del ingeniero suizo, la reconversión de Ferrari en la F1 debía hacerse desde dentro del coche.
Valtteri Bottas y Daniel Ricciardo estuvieron en los primeros movimientos en busca del sustituto de Vettel. El finlandés, de 30 años, no encontraba estímulos en comparación con lo que por ahora tiene en Mercedes. El australiano, de igual edad, rechazaba una posición no prioritaria como la que ya le planteó Red Bull en 2018. Ambos hubieran perdido poder adquisitivo (Ricciardo estaba en 20 anuales por unos 7 millones que ofrecen en Italia). El nombre de Carlos Sainz estaba en la lista y los contactos eran previos porque ya se interesaron por él años antes como piloto de simulador, sin cuajar. Con 25 años, Sainz acepta la situación como hombre de equipo consciente de que tiene posibilidades de luchar por victorias y podios desde el primer día y, sobre todo, de que la pista y el cronómetro establecen los roles.
Detalles. Con predisposición de ambos, la renovación en McLaren estaba detenida a la espera de que fructificasen rápido los contactos con Ferrari. Ha habido horas de videoconferencia en las semanas recientes de confinamiento, mientras Maranello estaba cerrado a cal y canto y Madrid permanecía en Fase 0. No hay que ignorar que la parálisis mundial ha contribuido al desenlace final: habrían transcurrido carreras antes de que Binotto se decidiera por un piloto y un buen inicio de temporada de Vettel le habría confirmado como prioritario. Igualmente, Sainz podría haber resuelto pronto su continuidad en Woking, avalado por Andreas Seidl y Zak Brown, sin tener que explorar otras alternativas aún. Ya en la mañana del martes, el entorno Sainz respiraba tranquilo: “Paciencia, quedan dos detalles”. Uno de ellos era la opción que tenía McLaren sobre el futuro del madrileño para 2021, pero Brown y Seidl no pusieron trabas, están agradecidos. Los detalles se resolvieron y Sainz estará en Ferrari desde 2021.
Escenario
La salida de Vettel se empezó a fraguar en diciembre