El Espanyol, contra las cuerdas
Los pericos reciben heridos de muerte al Real Madrid, con la permanencia hecha utopía
Tantas cábalas venía haciendo el Espanyol a lo largo de toda la temporada que no reparó en que, con cinco victorias en 31 partidos, permanecer en Primera es un imposible. Y, aun así, no está desahuciado matemáticamente el conjunto perico, pero sí anímica y virtualmente. En el peor contexto no del año sino de la historia moderna del club, llega al RCDE Stadium la visita del Real Madrid más inoportuna que nunca.
La derrota del jueves ante el Betis enterró para el Espanyol cualquier atisbo de esperanza. Las que hasta la fecha le habían acompañado por deméritos de unos rivales directos que por fin han espabilado. La única plegaria de Abelardo y sus futbolistas es que el partido ante los blancos no ahonde en el dolor. Ya que la muerte metafórica, el descenso, se antoja inevitable, que el paciente al menos sufra lo menos posible.
A ese estado de abandono han conducido incontables factores, que cronológicamente comenzaron con la huida de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ al Betis tras alcanzar la clasificación europea, que se conjugó, no casualmente, con una nefasta planificación deportiva, a la altura de la económica. Ni siquiera con la competición continental de por medio abandonó en verano Chen Yansheng, presidente, propietario y precursor del teletrabajo (dirige el club a 10.000 kilómetros de Barcelona), su máxima de invertir en fichajes la mitad de lo abonado en traspasos. Vendió el Espanyol a Borja Iglesias (Betis) y Mario Hermoso (Atlético)por 40,5 millones, pero ni siquiera dedicó la mitad a refuerzos. Paralelamente, se apostó por David Gallego, de la casa, que no acabó de captar y entender a un equipo inmerso desde julio en previas de la
He ahí otro error mayúsculo: tres entrenadores, tres libretos distintos. Nada tienen en común entre sí Gallego, Machín y Abelardo. En realidad, sí, algo comparten: que los jugadores nunca reaccionaron, vagando por LaLiga como almas en pena y sin dar nunca con la tecla.
Trató de reaccionar el Espanyol a destiempo, ya en enero, se gastó 40 millones entre Raúl de Tomás, Adrián Embarba, Leandro Cabrera y Oier Olazabal, por parte del director de fútbol profesional, Francisco Joaquín Pérez Rufete, elevado ahora a director deportivo. La medicina hizo su efecto, pero resultaba insuficiente para un paciente moribundo...
De la ilusión europea al descenso median tres técnicos, 40 millones en enero y solo cinco triunfos