Rufete sucede a Abelardo en un giro desesperado
El director deportivo será el cuarto entrenador del curso
En cuestión de ocho meses, ha despedido el Espanyol a tres entrenadores. Y eso que un trimestre entero se paralizó el fútbol por la pandemia. David Gallego, Pablo Machín y ahora Abelardo Fernández han caído en la trituradora de un club que da permanentemente bandazos, con la excepción hecha del curso pasado y la clasificación europea, inicio paradójicamente de la actual deriva, y cuyo último giro de timón, ya a la desesperada para salvar la categoría o la dignidad, lo firmaría un trapecista. El más difícil todavía.
El cuarto técnico de la temporada, una circunstancia que no se daba desde 1989 (y que acabó en descenso), es Francisco Joaquín Pérez Rufete. Y con Raúl Tamudo de ayudante. Exjugador perico (protagonista de una salvación casi tan peliaguda como la actual, en 2009), entrenador testimonialmente en el Ibiza, al que en 2018 trató de subir a Segunda B, justo antes de firmar por el Espanyol.
Un responsable de fútbol profesional que a inicios de mes se convirtió en director deportivo, con poder no solo en el primer equipo sino también sobre la cantera y femeninos. Y que dirigirá e incluso podrá evaluar a los jugadores mientras lidera la planificación de la próxima temporada. Si Chen Yansheng no decide lo contrario.
Horas antes del enésimo golpe de efecto del club, las fachadas tanto del RCDE Stadium como de la Ciudad Deportiva Dani Jarque amanecieron repletas de pintadas que apuntaban directamente a la plantilla del Espanyol, sin alusiones a ningún otro estamento. Los mensajes de vandalismo se repartían entre amenazas desagradables y otras descalificaciones e insultos, como “jugadores mercenarios”, “capitanes cobardes” o “Menos redes sociales y más valores”. Un triste capítuo más para una temporada rocambolesca.
Al presidente está claro que, al margen de los resultados, no le gustan determinadas formas. Sentenció a Machín por llamar “pipiolos” a algunos jugadores y Abelardo empezó a cavar su tumba, hace ocho días, cuando indicó, tras la derrota ante el Levante: “Hay que dejarse la piel, y algunos jugadores no me transmitieron eso”. El apático 1-0 del jueves en el Benito Villamarín, ante el Betis, ha acabado por precipitar su salida. Ayer se despidió de la plantilla.
No había firmado el asturiano números de descenso. Con 14 puntos en 13 partidos, la proyección en una temporada completa daría 41 puntos. Y, además, empató ante Barcelona y Atlético. Pero llegó tarde. Y los rivales han apretado. Ahora queda en manos de Rufete la utopía o, al menos, que el Espanyol no certifique la peor temporada de su historia. Y el reto empieza ante el Madrid... ➥
¿Por qué acepta el cargo de entrenador?
—La situación es muy complicada, así que se me plantea y había que dar un paso adelante. Soy una persona de club desde hace dos años y estoy para dar la cara. Lo hice como jugador y eso no va a cambiar. Si conseguimos que la gente esté orgullosa en estos siete partidos, les habremos defraudado, pero menos.
—¿Tiene alguna opción de seguir el próximo curso?
—Yo soy interino. Mi reto ahora es que los jugadores salgan con la mentalidad de que no son inferiores al Real Madrid. La clasificación no me importa, me importan los 90 minutos. A los futbolistas les he dicho que para jugar debes disfrutar de tu profesión y respetarla.
—¿Ha llegado a temer por su cargo de director deportivo?
—Yo era responsable del primer equipo pero con una estructura. Desde enero sí dediqué mucho tiempo al mercado. Tengo una parte importante de responsabilidad pero nuestros jugadores son muy buenos, mejores de lo que refleja la situación que están viviendo.
—Personalmente, ¿habría despedido a Abelardo?
—Aposté por él, le he apoyado hasta el último segundo, he hablado con él, le he dado un abrazo. Un club es una estructura y hay decisiones que se toman más arriba, pero con consenso.
El ‘Pitu’ Sus números no eran de descenso en una Liga natural, pero llegó tarde