Del iluminado Kroos al desaparecido Vini
El cuadro de las evidencias. En los kits de Prensa que la UEFA comparte con los medios de comunicación resulta revelador asomarse al cuadro en el que se detallan los pases que da y recibe cada jugador en el partido. En el Atalanta-Real Madrid, más allá de las recurrentes e interminables polémicas arbitrales, resulta determinante la importancia de Toni Kroos en el juego del Real Madrid. Es de largo el jugador que más pases dio a sus compañeros (129) y el que más recibió de ellos (125). Ni siquiera Modric le aguanta un paralelismo con 90 entregas y 88 pases recibidos. El alemán se ha convertido en la piedra angular del juego del Real Madrid, todos le buscan y él encuentra a todos. Su milimétrica precisión en su rápida toma de decisiones es uno de los grandes activos de este Madrid, que se agarra con uñas y dientes a los trenes de la Liga y la Champions. De los tres centrocampistas del Madrid, que están sosteniendo al equipo, Kroos, el perfeccionista, está mostrando un nivel superlativo.
Vini, en las antípodas. Vaya por delante que el joven brasileño sólo disputó 60 minutos en Bérgamo, pero resulta llamativo, incluso hasta doloroso, ver los números de sus combinaciones con los compañeros. Recibió sólo 28 balones y dio a apostar por Isco ante la Atalanta y esta vez el futbolista malagueño le devolvió la confianza con una buena actuación, sintiéndose protagonista, mostrándose y enseñando algo de su infinito repertorio. Está claro que, cuando el Real Madrid juega con cuatro centrocampistas, la figura de Isco se agranda. En una plantilla cogida con pinzas por el cúmulo de lesiones y las cesiones de Odegaard y Jovic, que obligaron a recurrir a la cantera, recuperar jugadores como Isco y devolverles un estatus, puede ser una buena apuesta e incluso un buen negocio si el futuro del Madrid la próxima temporada ya no pasase por ellos.