Alegría con dudas
Laporta celebró eufórico la Copa, pero no ha renovado a Messi y aún no ha aclarado si Koeman seguirá
Desde la tribuna de prensa de La Cartuja, una imagen impactó al final de los fastos de la entrega de la Copa del Rey número 31 del Barça en su historia, que era el título número 35 de Messi. Con la Copa sobre el césped, los compañeros del argentino se acercaron para inmortalizar el momento con la leyenda argentina. Pedri, Riqui, Ansu, Arnau Tenas, Iñaki Peña, De Jong y hasta Pjanic quisieron retener la imagen para siempre con un Messi radiante. Después de casi dos años en blanco, Messi, capitán tras la marcha de Iniesta, había podido levantar al fin un título. Con el argentino tan cerca de terminar su contrato el próximo 30 de junio, era fácil interpretar la imagen como una despedida de jugadores que pueden pensar que Messi no estará en el vestuario la próxima temporada y tal vez no levantarán más títulos con él. Que se trataba, pues, de un momento único. Y último. Pero lo cierto es que la imagen no aclara nada. Primero, porque no se le vio hacer esas mismas fotos con sus viejos camaradas, Piqué, Busquets y Alba; y luego, porque es posible que Messi aún no haya tomado una decisión definitiva. Estos han sido dos años de desgaste para Messi, que había vivido la degradación de su Barça, convertido en un equipo sin alma después de haber sido un ganador impecable durante más de una década. Los síntomas, sin embargo, son distintos. El Barça ha recuperado pasión, competitividad, físico y fútbol. Intepretar a Messi no es fácil. Ahora se debate entre cerrar una época gloriosa con una foto de ganador; o alargarla porque está cómodo en el entorno y porque en ningún otro sitio como Barcelona encontrará las condiciones ideales para seguir haciendo su trabajo, como mínimo, hasta el Mundial de Qatar. Las próximas semanas serán claves para decidir el futuro del jugador argentino, pero para él lo más importante sigue siendo ganar. Y va a por el doblete. En lo que es unánime el barcelonismo es que el mejor jugador de su historia no podía cerrar su era en el club con el portazo del burofax. Quien no ha dicho nada definitivo sobre el asunto es Laporta. “Progresa adecuadamente”, dijo cuando se le preguntó hace dos días. Pero, de momento, su continuidad está en al aire y sin certezas.
Pero hay más incógnitas en el Barça. Porque algo extraño subyace en la relación entre Laporta y Koeman. El presidente esquivó las preguntas sobre la continuidad del entrenador. Es cierto que el holandés tiene contrato hasta 2022, pero el nuevo presidente no ha sido contundente con él. Ni en el proceso electoral (“a Koeman lo juzgarán los resultados y el juego”), ni en el discurso de investidura (en el que, eso sí, deslizó un “confianza total, Ronald”); pero tampoco en la victoria en la Copa. Laporta, en definitiva, no ha estado contundente por más que brindasen en el avión de vuelta y el club se esforzase en mandar las imágenes del momento. Una tensión no resuelta que deberá solucionarse en las próximas fechas, pero que puede tener un trasfondo interno. Koeman fue un entrenador escogido por Bartomeu y Laporta no ha agarrado la bandera del héroe de Wembley con demasiada fuerza. Ni ilusión. Algo sorprendente. Sobrevuela, además, la sombra de Xavi. Según algunas fuentes, podría haber contactado con el presidente para ser el entrenador del Barça 2021-22.
Incierto El crack está cómodo en el actual escenario pero no ha decidido
Sombra Koeman fue escogido por Bartomeu; Laporta no le da total respaldo