Un reto demasiado grande
El Perfumerías Avenida resiste hasta el último cuarto frente al Ekaterimburgo ● Sexta Euroliga para Alba Torrens
La historia está llena de batallas desiguales y la final de la Euroliga femenina podría haber sido una más, pero no lo fue porque el Perfumerías Avenida creyó casi hasta el final. El Ekaterimburgo presume de contar con una de las mejores pívots del planeta, Brittney Griner (2,03 m), que forma una pareja de lujo con Jonquel Jones (1,98) y otra con Maria Vadeeva (1,93), que ayer ni jugó. Todas, más altas que el techo del Avenida, Katie Samuelson (1,92).
Pero no acaban ahí las desigualdades. El presupuesto del gigante ruso es unas 12 veces mayor que el del Avenida. Es más, dos jugadoras cobran más que toda la plantilla del conjunto salmantino junta: Griner tiene un contrato de 1,3 millones y Breanna Stewart, de alrededor de un millón. Una lucha muy desigual, pero la gesta se antojó incluso mayor después de que Maite Cazorla se torciera el tobillo nada más saltar a la cancha en el primer cuarto.
El Avenida, que volvía a una Final Four una década después del título de 2011, soñaba con protagonizar su particular versión del David contra Goliat. Y lo logró... más o menos. Las de Roberto Íñiguez dejaron al Ekaterimburgo en 16 puntos en el primer asalto (promediaba 88,6) con un parcial inicial de 21-9 gracias a una inspiradísima Hayes, a las ayudas para alejar a Griner de la pintura y a que el Perfumerías sacaba petróleo del bloqueo directo.
Pero el Ekaterimburgo sólo ha perdido dos partidos en más de tres años (47-2 con Miguel Méndez en el banquillo). Por algo será. Quigley, la mejor en las semifinales frente al Fenerbahçe, empataba el encuentro (25-25). Partido nuevo a 5:35 para el descanso, con el Avenida resistiendo hasta el 29-29 (29-39 antes del parón).
El partido se volvió un poco loco en el tercer cuarto. Stewart puso el +14 con un triple (4155); parecía que el título viajaba a Ekaterimburgo, pero el Avenida se metió de nuevo en el encuentro con Leo Rodríguez a los mandos (53-57). El equipo charro, incluso, se colocó a dos (57-59) con una canasta desde la esquina de Katie Samuelson. El sueño duraba más que la gasolina, que se le comenzó a acabar al equipo salmantino. Hayes hizo el último esfuerzo (29 puntos ), pero el Ekaterimburgo iba más sobrado y Meesseman sentenció (64-75).
De todas formas, hay buenas noticias para el baloncesto femenino español. Tercer título seguido para Miguel Méndez y sexto cetro para Alba Torrens, nueva reina junto a Diana Taurasi y Natalia Vieru, de la Euroliga moderna. Y sexto también para el conjunto ruso, que se convierte en el segundo equipo con más copas, aunque aún lejos del Riga (18) de Uliana Semenova, porque hay gigantes incluso mayores que este Ekaterimburgo de ensueño.
Horas antes de abrir mañana el playoff de la Euroliga contra el Efes, el Madrid se tomó con sosiego la jornada dominical. Se lo había ganado con sendas victorias consecutivas ante el Barça y el Lenovo Tenerife que prácticamente le aseguraban el primer puesto. Así que arrancó un poco a verlas venir frente a un Joventut que aprovechó la ocasión para ir con todo: juego abierto, mucho ritmo y acierto de tres para castigar la falta de concentración plena de su rival. El líder, sabedor de su potencial y de su margen en la tabla, lo dejó todo para el final, para un gran final. La renta verdinegra alcanzó los diez y aún era de nueve (63-72) en el minuto 29 tras el enésimo triple de Pau Ribas (6 de 8).
El Madrid aceleró justo entonces, aún con Tavares en pista (y Garuba y Llull) antes de que el pívot se tomara un descanso preventivo. Apenas tres minutos después había dado caza a su rival. No llegó ni a ponerse al rebufo, sino que lo adelantó quitándole las pegatinas.
Acumuló 20 puntos en los primeros 4:40 del último periodo para terminar el cuarto con 36, quemó millas para dejar sin opciones a una Penya que despertó del sueño en unos últimos siete minutos largos en los que estuvo en pista Vincent Poirier. El francés culminó con nota su estreno, de menos a más tras entrar con cierta falta de ritmo.
La única preocupación que le dejó el duelo a Laso fue el problema en el gemelo derecho de Garuba. El canterano, por cierto, sigue al alza, cada vez con más confianza y seguridad en sus fuerzas, que a veces parecen infinitas. El técnico pondrá una vela para que solo sea una sobrecarga, como parece.
Hasta siete jugadores sumaron 10 o más puntos y Llull tuvo un papel destacado como base, fino en el tiro (5 de 9 de tres) y empujando a su equipo (+18 en 21:36). Carroll volvió a hacer su aparición en el desenlace y Thompkins, después de una semana cuidando la rodilla, entró en el club de los 300 partidos. Una buena Penya, insuficiente para frenar al líder. Nadie lo ha hecho en 2021.