AS (Aragon)

El Madrid, tocado y...

Los blancos pierden a Tavares por lesión antes del partido y rozan el KO ● Micic y Larkin están a otro nivel

- RICARDO GONZÁLEZ

El Madrid conoció ayer minutos antes del segundo asalto que Tavares no podía más, tras actuar muy dolorido el martes, y que decía basta con unas molestias en el pubis. Baja de enorme calado (“No es seguro que esté en el tercer partido”, asegura Laso). Un torpedo en plena línea de flotación, la que le quedaba. Tocado y virtualmen­te hundido. En el curso en el que se bajaron o se cayeron del barco Campazzo, Randolph y Deck, llegaba el último zambombazo, la lesión del mejor pívot de la Euroliga, el tráiler que ha llevado a los blancos hasta el playoff después de un sobresfuer­zo constante. No se había perdido ningún duelo europeo, así que su ausencia fue una manera simbólica de entregar la cuchara (91-68) frente a la pareja del momento, tanto monta, monta tanto, Larkin como Micic (44 puntos entre ambos y 8 de 10 en triples).

El Madrid no se rindió por actitud, sí por juego. Debía abrazar en el uno contra uno, no alcanza el nivel físico suficiente para plantear batalla a tipos como Micic, Larkin, Beaubois y Simon. El Efes no jugó, ni por asomo, un partido majestuoso, pero anda muy fino y es un adversario temible, de los que te zarandean con ventajas de más de 20 (71-47) sin pisar a fondo, con una o dos marchas más en la palanca de cambios por si las necesita.

Los de Ataman huelen a Final Four, aunque precisen un triunfo más. Que el Madrid ganase los tres próximos duelos, en la actual situación, sería una hazaña sin precedente­s en Europa. Tan utópica, que parece imposible. ¿Qué hacer, entonces? Pues competir hasta el último segundo, como siempre, por si los planetas se alinean y, si no, para que cada aficionado merengue se levante a aplaudir orgulloso de los suyos, como ocurrió en la derrota de 2016 frente al Fenerbahçe en uno de los momentos más emotivos de la era Laso. Este año más lejos no se podía llegar sin milagros de por medio, no con el Anadolu Efes en tu camino.

■ El Bayern del primer partido, aquel que dominó al Armani durante casi tres cuartos y que perdió por un despiste en la jugada final, casi ni apareció ayer por el Mediolanum. El fantasma de la canasta de LeDay sobrevolab­a Milán y aunque el equipo bávaro empezó 0-5, luego desapareci­ó. Cuando se quiso dar cuenta, había encajado un parcial de 20-0. Un ejemplo de lo fuera que estaba el Bayern del partido es que sólo en el primer asalto permitió cuatro acciones de 2+1. El Milán llegó a ponerse 22 arriba (40-18, min. 17) y el Bayern intentó copiar a su rival en el primer duelo, que remontó 19. Parcial de 8-20 para reducir el colchón local a seis (55-49). La descalific­ación posterior de Trinchieri hizo pupa a los bávaros, que siguieron creyendo: bajaron de los diez puntos (77-69, a 2:13 del final) y el aro escupió un lanzamient­o de Baldwin que habría metido en apuros al Milán, que está a un triunfo de su primera Final Four en 29 años.

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