Bagayoko: estudios, videojuegos y Fuenlabrada
El pívot se convirtió en el más joven en debutar en ACB
El Fernando Martín vivió el domingo el alumbramiento del último niño prodigio. Bassala Bagayoko, con solo 14 años, 7 meses y 15 días, disputó sus primeros 9 minutos con el Urbas Fuenlabrada frente al Madrid. El pívot anotó dos puntos, capturó dos rebotes y se convirtió en el jugador más joven en debutar en la Liga Endesa por delante de Ricky Rubio (14 años, 11 meses y 28 días). Ángel Rebolo (Breogán, 15 años, 3 meses y 11 días), Carlos Alocén (Zaragoza, 15 años y 10 meses), Pablo Sánchez (Unicaja, 16 años y 9 días) y Luka Doncic (Real Madrid, 16 años y 2 meses) completan el Top-6 de los más jóvenes.
“Lo hemos mantenido 10 minutos porque ha entrenado muy bien, no tenía miedo. A partir de ahora tenemos que seguir cuidándole, que sus entrenadores sigan tratándole como lo están haciendo e ir poco a poco con él”, dijo Raventós, entrenador del Urbas, sobre su pupilo, que ya se dejó notar en la Minicopa de 2019: formó parte del quinteto ideal del torneo como invitado por el Lenovo Tenerife.
Su aterrizaje en España fue en 2018 y en Las Palmas de Gran Canaria, cuando contaba con 12 años y llevaba solo 3 en el baloncesto. El mundo de la canasta se impuso al fútbol y al judo. El africano, que habla un castellano perfecto, es “un chico normal, respetuoso y algo introvertido”. Entusiasta de los videojuegos, divide su tiempo entre su otra pasión, el baloncesto, y las clases. Estudia en un instituto de Fuenlabrada cercano al pabellón del Arroyo,
donde entrena el filial, al que llegó desde el Alcalá.
Bagayoko comparte piso, bajo el cuidado de un tutor, con otros jugadores del filial. En el club vieron que por calidad era una pérdida de tiempo que formara parte del cadete, su categoría por edad. Su destino, el EBA de manera habitual (8,6 puntos, 8 rebotes y 14,6 de valoración) y el ACB como refuerzo. Las lesiones y el coronavirus le han hecho más habitual en el primer equipo. También por esa falta de “miedo” de la que habla Raventós y por su capacidad para hacer mates y tapones. Muchos de los nuevos, como Novak y Sharma, alucinaron la primera vez que lo vieron. Su historia no ha hecho más que empezar.