Lección y tarta
Nadal barre a Alcaraz, que cumplía 18 años y jugó muy nervioso
En el duelo generacional que causó una gran expectación en el Mutua Madrid Open, Rafa Nadal, leyenda mundial de 34 años, sometió sin piedad a Carlos Alcaraz, que ayer cumplió 18 y es la gran promesa del tenis español. Fue un partido que se recordará si el murciano cuaja en el futuro.
Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz”. Así recibió el público restringido de la pista Manolo Santana, más de 3.000 personas, a Carlos Alcaraz, que hacía 18, antes de que el murciano se enfrentara por primera vez a su ídolo, Rafa Nadal. Para él, este partido en la central del Mutua Madrid Open ya era un gran regalo, aunque el presente con el que le obsequió el balear fue una dura lección de tenis. Para endulzarla, Feliciano López le entregó una tarta al final de parte del torneo, mientras en las gradas desplegaban una pancarta con la leyenda “Feliz cumpleaños, Carlos. 18”.
El número dos del mundo no suele andarse con miramientos cuando se enfrenta a tenistas tan jóvenes y jugó con todo el respeto del mundo hacia su oponente, con todas sus armas, al máximo de su potencial. De hecho, sacó mucho mejor que en Montecarlo y Barcelona, un aspecto en el que fallaba desde que inició la temporada de tierra.
“Me siento cómodo con el servicio otra vez”, advirtió. De ahí la contundencia del resultado: 6-1 y 6-2 en 77 minutos. Rafa se las verá en octavos hoy (no antes de las 15:00, Teledeporte y #Vamos) con Alexei Popyrin (21 años y 76º), que ganó contra todo pronóstico a otro NextGen de altísimo nivel, Jannik Sinner: 7-6 (5) y 6-2. “Veré su derrota contra Soderling”, dijo el australiano.
Mal hubiera hecho Nadal en no trasmitirle a Alcaraz los valores que defiende: entrega total, sin excusas, sin que importe la edad ni la categoría del rival. Así jugó Rafa en un duelo que empezó con punto de quiebre para Carlos. No lo convirtió y partir de ahí le arrolló un vendaval. Con 30-15 en el tercer juego, en uno de los mejores intercambios con dejadas y globos, el chico se hizo daño en el esternón al intentar alcanzar la pelota por alto. Nadal paró el partido al verle dolido y los fisios del torneo le atendieron. Al volver a la pista perdió diez puntos seguidos. Estaba tenso, nervioso, no era para menos. “Podía haber hecho algo mejor, pero al final es Rafa. Nunca es fácil ni la primera ni cuando llevas cien veces”, explicó. El manacorí le felicitó en el saludo final (“Muy bien, a seguir”) y le elogió en rueda de prensa: “No se quejó en todo el partido. Tuvo una actitud muy buena aun perdiendo como perdió”. Puede que el destino les depare otra cita y que la de ayer algún día se considere histórica.
Paula Badosa probó ayer literalmente la tierra de la pista Arantxa Sánchez Vicario. Y no fue por una caída, sino porque la besó para celebrar que acababa de ganar a Belinda Bencic por segunda vez en un mes para hacer historia en el Mutua Madrid Open al convertirse en la primera española que alcanza las semifinales del torneo femenino, que arrancó en 2009. Arrodillada, asumió que acababa de lograr uno de los mayores éxitos de su carrera, quizá el mayor por la categoría del torneo, mientras se quitaba la arcilla de la boca: 6-4 y 7-5 en 1h:49 ante la suiza, 11ª del mundo y octava favorita.
“Me toca recuperar y mañana os espero a todos en semifinales”, dijo, emocionada, tras su victoria. Su rival para un partido que se disputará hoy (13:00, Teledeporte y #Vamos) en la central, será de aúpa: Ashleigh Barty, número uno, que derrotó a Petra Kvitova, tres veces campeona del WTA 1.000 madrileño, por 6-1, 3-6 y 6-3. La australiana encadena 15 victorias en polvo de ladrillo. De momento, el éxito lleva a Badosa directamente y por primera vez al top-50 del ranking, provisionalmente al puesto 42. Eso nadie se lo podrá quitar, al menos esta semana.
Madrid nunca fue una plaza muy propicia para las españolas. Los mejores resultados los habían obtenido Anabel Medina al llegar a cuartos en 2013 (derrota ante Serena Williams) y Carla Suárez, que jugó en esa misma ronda en 2015 (ante Serena) y 2018 (frente a Caroline García). Garbiñe Muguruza no ha pasado de octavos.
Paula las ha superado a todas de forma inopinada, cuando aún quizá nadie lo esperaba pese a que viene jugando muy bien y atesora dos virtudes que le dan alas: saca fenomenalmente y tiene golpes ganadores. Gerard Piqué fue uno de los deportistas que la felicitó. “Ayer me escribió. Es un gran seguidor del tenis, se alegra mucho y se lo agradezco porque soy fan del Barça. Siempre le he seguido y me hace ilusión”, dijo la tenista de 23 años, que tampoco se esperaba “para nada” llegar tan lejos en Madrid. “Es el mejor momento de mi carrera, seguro”. Su mejoría la agradece a su entrenador, Javier Martí, y a su preparador físico, David Antona: “Antes no hubiera aguantado todos estos partidos con tanta tensión y emociones”.
Rompe el techo Badosa es la primera española que llega a la penúltima ronda en Madrid