AS (Aragon)

La Juve se asoma al desastre

El equipo de Cristiano se complica entrar en la Champions tras caer ante el Milan con un Brahim estelar

- MIRKO CALEMME NÁPOLES

Brahim marcó el primer de los tres goles de la victoria ‘rossonera’ que manda la Juve a los infiernos: ya no depende de si misma para entrar en la Champions.

La desastrosa temporada de la Juventus suma una pesadilla más. El Milan arrolló a los turineses con un 3-0 a domicilio que le entrega el tercer puesto y deja a la Vecchia Signora fuera de los puestos de Champions. Sería un final apocalípti­co para la entidad de Agnelli, que, antes de visitar al Bolonia en la última jornada, tendrá que jugarse la vida ante Sassuolo e Inter, dos partidos complicadí­simos.

El que podía ser un encuentro de Superliga ofreció una primera parte descafeina­da, en la que los únicos en brillar fueron dos blancos: Theo y Brahim. Por el lateral pasaban la mayoría de las jugadas de los rossoneri; el malagueño, por su parte, daba la sensación de crear peligros y superiorid­ad cada vez que tocaba el esférico. Los dos únicos remates a puerta antes del 45’ fueron los suyos: el primero lo neutralizó Szczesny, el segundo, a instantes del descanso, sacó las telarañas de la escuadra.

Una rosca maravillos­a, sexto tanto en este curso del madridista, que lo celebró abrazando a Pioli. El técnico le dio confianza en el partido más importante del año, y tuvo razón.

La reanudació­n se abrió con un tímido intento de reacción de los locales, que duró muy poco. Brahim, en el 57’, volvió a ser protagonis­ta con un remate que Chiellini paró con el brazo en plena área. Un penalti claro, que el árbitro concedió tras haber visto las imágenes del VAR.

En el que parecía su mejor momento, sin embargo, a los rossoneri se le sumaron tres malas noticias, una tras otra.

Szczesny detuvo la pena máxima de Kessié, Ibra abandonó el césped por un problema en la rodilla, y Brahim también tuvo que salir del verde por molestias.

Sin su hombre clave y el mejor de esta noche, los rossoneri pasaron diez minutos en las narices de Donnarumma. Cristiano, Morata y Chiesa, no obstante, no le dieron prácticame­nte nunca trabajo al portero de la Nazionale.

Y, de repente, uno de los revulsivos milanisti firmó la sentencia. Ante Rebic terminó un contragolp­e con otro precioso disparo desde fuera del área imparable para Szczesny, que cinco minutos después también encajó el tercero. Tomori, autor de una gran actuación en defensa, cabeceó a la red una falta de Çalhanoglu, y certificó el desastre bianconero.

La Juve con Dybala (que entró en el tramo final y fue el juventino más activo) buscó desesperad­amente en los últimos minutos un tanto, que habría sido fundamenta­l para igualar al menos la diferencia de goles en los enfrentami­entos directos, pero no hubo manera.

El Milan de Pioli, tras unas semanas complicada­s, vive una de sus noches más felices y da un paso quizás decisivo hacia la Champions, objetivo esperado desde hace ocho años. La Juve y Pirlo, al revés, se acercan un poco más al abismo.

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