Almeida, Nibali, Buchmann, Hindley y Soler, mal

Si la cosa consistía en marcar músculo, Mikel Landa demostró su ambición en la primera subida seria del Giro. El alavés fue el primero de los aspirantes al título en acelerar en Colle Passerino, 4,3 km al 9,9%. El Bahrain endureció la carrera con Mohoric, Caruso, Valls y Bilbao, y sólo Egan Bernal, Aleksandr Vlasov, Hugh Carthy y Giulio Ciccone se soldaron a la rueda de Landa. Eso sí, a efectos prácticos el tema no funcionó tan bien como la declaración de intenciones: los cinco sacaron únicamente un puñado de segundos (once) al grupito perseguidor, integrado por Evenepoel, Simon Yates, Romain Bardet, Dan Martin y Davide Formolo. El resto penó bajo el aguacero.

Pese a tratarse de la cuarta etapa, también quedó claro que Vincenzo Nibali, un doble campeón de la Corsa Rosa, no carbura. La fractura de muñeca lastró su preparación y se descolgó en el momento en que se cambió el ritmo. En el baile de dobles parejas, Joao Almeida, cuarto del Giro de 2020, y Pello Bilbao, quinto de esa edición, se descubrieron como los eslabones débiles en el Deceuninck y el Bahrain, que se desentendieron de ellos y apostaron por Evenepoel y Landa. Al menos a Almeida le retiraron la multa por arrojar basura y se la endosaron a Masnada, el infractor, no el portugués. Soler, Hindley y Buchmann flaquearon, mientras Bernal transmitió una sensación de solidez cercana a su versión del Tour de 2019, sin dolores

Valiente Landa arrancó y Bernal se mostró muy sólido

Derrotados

DE MARCHI: “ES UN SUEÑO”

Alessandro de Marchi, italiano de 34 años del Israel, se enfundó la maglia rosa en Sestola: “Es un sueño cumplido, cuando eres niño en este país creces con la intención de ganar el Giro de rosa”. En el palmarés de De Marchi figuran tres etapas en la Vuelta y el premio de corredor más combativo del Tour: “Me gusta competir y atacar siempre”.