AS (Aragon)

Al borde del abismo

El Movistar Estudiante­s cae ante el San Pablo Burgos ● Descenderá a la LEB si el Bilbao gana mañana

- JOSÉ IGNACIO PINILLA

Con el agua al cuello. Entre la espada y la pared. Pendiente de un hilo. Cualquiera de las tres opciones les vale si alguien les pregunta cuál es la situación del Movistar Estudiante­s tras el partido de ayer en el WiZink Center ante el Hereda San Pablo Burgos. Cualquiera. No fallarán. Porque los colegiales cayeron (82-88) y se encuentran a un paso del abismo: si el Retabet Bilbao gana mañana en casa al Joventut, bajarán a LEB. Abandonarí­an la élite del baloncesto español por primera vez desde 1957 para un total de 65 temporadas entre Liga Nacional y ACB. Un drama para una institució­n histórica que lleva una década bailando sobre el alambre. Desde 2011, el Estu solo ha ganado el 36,6% de sus partidos, no ha pisado el playoff y solo se ha clasificad­o una vez para la Copa por méritos propios.

La derrota aunque dolorosa no sorprende. Es la novena seguida para un conjunto que se ha deshecho como un azucarillo en este último tramo de temporada por las marchas de Gentile (por la COVID) y Barea (porque él lo vale), las lesiones de

Jackson, Vicedo y Roberson, y las bajas por el coronaviru­s de Arteaga y Djurisic para este último asalto. Cuspinera solo contaba para este trascenden­tal partido con siete jugadores de la primera plantilla más el mermado Vicedo: intentó lo imposible y se merece todos los respetos. El resto, hasta completar el acta, jóvenes de la casa. Un problema que el Burgos supo aprovechar. Por calidad, empuje y necesidad: este triunfo le permite acabar en 6ª posición y evitar al Barça en los cuartos del playoff. Su rival, el Tenerife.

Y ante tanto drama, el orgullo. No hubo rendición hasta la conclusión, lo único que se le pide a un jugador del Estu, gane o pierda. Ni un pero al esfuerzo de los chicos de Jota. Sobre todo, a los canteranos. Rubén Domínguez y Nacho Arroyo cogieron el toro por los cuernos. Primero con miedo y luego sueltos. Para muestra un botón: la conexión entre ambos para un alley-oop concluido por Domínguez.

Pero los castellano­s no se arrugaron ante esa arrogancia. Salieron con la quinta marcha, no querían repetir el resbalón de Bilbao. McFadden, el primero. Exhibición del estadounid­ense en el primer cuarto (12 puntos). Kravic no se quedó atrás de arranque con 10 tantos para un contundent­e 18-30. Mucha dinamita que los colegiales contestaro­n con Delgado fuerte en el rebote y tres altos en cancha. Avramovic golpeaba para reducir al 39-40 (min. 18). Al descanso, 43-47.

Brown y Delgado daban la primera y única ventaja al Movistar al volver de vestuarios (48-47). Cook, desde el triple, estiraba de nuevo una renta (50-58) que se mantendría así minuto a minuto con los madrileños amagando, pero sin llegar a golpear. La aparición de Sakic dejaba abierta la esperanza a falta de 1:43 (82-86). Un tapón al croata y un triple precipitad­o de Cvetkovic dejan todo en manos del destino. Aunque pinta en bastos, la verdad.

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