AS (Aragon)

Muere matando

El Villarreal, a la Conference si no lo remedia el miércoles ● Sergio Ramos no salió del banquillo en el que pudo ser su último partido

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más parecido a una ocasión blanca. Y una pelota perdida golpeó la mano de Parejo, uno de esos lances obviados por el código penal hace cinco años y que ahora son penalti o no según sople el levante. Un casi nada para un equipo planísimo, descreído y apurado en cada salida del Villarreal, equipo con justificad­os aires de grandeza.

Cerca del descanso, Modric pudo dar con la tecla con un disparo desviado, pero nada en el Madrid recordaba la solemnidad del momento. Ni Asensio ni Vinicius encontraba­n fortuna al espacio. Valverde no ofrecía el ímpetu exigido en un equipo al límite. El grupo presionaba poco y mal y se partía ante las pérdidas. Incluso Benzema andaba empalideci­do. Un desmayo general en el peor momento y en el único escenario inadmisibl­e: fallar en el rebote.

Tampoco el Villarreal es enemigo ideal para jugar a

A CERO TRAS 11 AÑOS

el la

El Madrid cierra el curso sin títulos en sus vitrinas: queda segundo en Liga, cayó en semifinale­s de Champions, en dieciseisa­vos de Copa y en semifinale­s de la Supercopa. No se iba de una temporada sin levantar ningún trofeo desde la 200910, la primera tras el retorno de Florentino, con Pellegrini en el banquillo. tremenda, porque guarda bien la pelota, detiene el tiempo, apaga los incendios. Visto que aquello iba a resolverse en una baldosa, Zidane metió a Isco, porque ese es su terreno, pero a estas alturas tampoco lo pisa con garbo. También llegó Rodrygo. Pero antes había marcado Benzema un gol que el VAR invalidó. Fue, como tantos, cuestión de centímetro­s, pero ahí no cabe interpreta­ción. El tanto de Correa en Zorrilla fue el doble revés a los blancos.

Sólo entonces el Madrid adquirió conciencia de la situación, con una presión más efectiva, con más aire en las bandas. El cambio de panorama también afectó al Villarreal, que no miraba más allá de medio campo. El mensaje de Emery fue en esa dirección. Quitó a Bacca para meter un lateral, Rubén Peña, coincidien­do con el segundo gol atlético. La segunda puerta empezaba a cerrársele también al Madrid. Lo último que se supo del equipo de Zidane en esta Liga fue una carga desesperad­a, con tres cambios más y una defensa de tres. A Benzema se le fueron dos ocasiones clarísimas, pero para entonces las noticias desesperan­zadoras habían llegado también al Villarreal, condenado a la Conference salvo que lo remedie el miércoles. Y el Madrid acabó por cumplir con su obligación. En los postres, Benzema y Modric, las banderas de la temporada, le dieron la vuelta al partido en el último ataque de vergüenza torera. Lo único que no ha faltado en el curso. Ahora la pelota pasa al palco, quizá sin Zidane, quizá sin Ramos, que contempló desde el banquillo el que pudo ser su último partido en el Madrid. Cambia el ciclo y dolerá.

■ Minuto 20. Despeje fallido de Militao, el balón cae a los pies de Gerard Moreno, que asiste a Yéremi y éste, tras controlar el balón, bate a Courtois con la pierna derecha. El jugador del Villarreal marca con 18 años su primer gol en el estadio Alfredo Di Stéfano en LaLiga. Es su tercer tanto en el Campeonato liguero, y el primero fuera del Estadio de la Cerámica tras haber marcado al Athletic y al Getafe en casa.

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